miércoles, 25 de noviembre de 2015

Helloween - Walls of Jericho (1985)

A veces, hablar de álbumes tan clásicos y tan conocidos como "Walls of Jericho", parece que no aporta mucho al mundo musical, máxime en esta era de la información que vivimos gracias a Internet. El caso es que nunca está de más recordar álbumes como éste, que además fueron clave para que un servidor se convirtiera en un joven Metalhead... jejeje.

Estamos en 1985, y tan sólo seis meses después de la edición del E.P. "Helloween", la banda saca su ya mítico primer disco, este "Walls of Jericho" que les catapultó a la fama de forma merecida. Este disco es muy importante en la historia del Metal, ya que para mucha gente es el germen del Power Metal y sirvió de inspiración para multitud de músicos, tanto coetáneos como posteriores a Helloween.

El álbum contiene únicamente ocho canciones junto a la breve intro para un total de 40 minutos de duración, algo escaso para los parámetros de hoy en día, pero bastante habitual en aquella época. La producción del disco no es la mejor, y sin duda es mejorada en los "Keeper", pero aun así, es posible distinguir bastante bien todos los instrumentos, quizá con la excepción de algunas partes en las que yo creo que es fácil perderse algunos detalles de la batería del malogrado Ingo Schwichtenberg.

Dentro de los ocho temas, podemos encontrar algunas de las mejores canciones de la historia de la banda. Los créditos de las composiciones están muy equilibrados entre Kai Hansen y Michael Weikath, con esa dualidad que te hacía "ser mas de Weiki o ser mas de Kai". En la review de hoy voy a utilizar este criterio para ir analizando los temas.

Vamos primero con las de Kai Hansen, ya que la primera de la lista cae de su lado.

"Ride the Sky" es el tema que abre el álbum, y es clave para engancharte una vez y para siempre a este disco. El riff de apertura seguido del grito del propio Hansen, desemboca en un tema ultra-rápido, melódico y contundente a partes iguales. El desarrollo de las partes es buenísimo, con un riff y un puente cañeros, y en el que el estribillo nos da el respiro justo para volver a afrontar la secuencia de partes. Mención a parte para la sección guitarrera, con unos solos increíbles y con esas partes de melodías dobladas que son un sello de la banda desde entonces.

"Phantoms of Death" es el siguiente tema firmado en solitario por Kai. Es un tema una onda más Heavy que el anterior, incluso sonando a NWOBHM, en el que destaca el riff con unos adornos de teclado que molan mucho. Los cambios de ritmo en la parte de los solos, son dignos de destacar también, y creo que es de lo mejor del tema.

"Gorgar" completa la aportación en solitario de Kai en este disco, y lamentablemente he de decir que es la canción que menos me mola del álbum. Con una entrada bastante prometedora, llega el riff principal que curiosamente es exactamente igual que el del "Ride the Lighting" de Metallica. ¿Quién copió a quién? ¿O simplemente tuvieron la misma inspiración en ambos lados del océano? El caso es que el tema no está mal, pero en conjunto que queda algo soso. Está claro que Metallica consiguió llevar ese riff a la categoría de temazo, mientras que Helloween no pudo hacerlo... :D

Los temas aportados por Michael Weikath no se quedan atrás, ni mucho menos.

"Reptile" es el primero de esta lista. Ubicado tras "Ride the Sky", lleva un rollo algo más relajado, aunque igualmente potente. El riff y el puente son cojonudos, con los típicos adornos del bajo de Markus Grosskopf, y en lo que menos me mola es de nuevo el estribillo. Me suele pasar con los temas que tienen ese aire macarrilla de parte del Heavy de los 80, que no me suele llenar.

Con "Guardians" retomamos el espíritu del "Ride the Sky", con Kai Hansen cantando al límite de su capacidad en un tema de pura potencia, con algunas de las mejores melodías del álbum y redondeadas con un gran estribillo muy épico.

Terminamos la lista de Weikath con la joya de la corona de este álbum, que no es otra que "How Many Tears". Qué se puede decir de este tema. Siete minutos de auténtico delirio, en un corte que combina a la perfección la rabia y la caña de los primeros Helloween, con esas melodías tan evocadoras que Weikath llevaría al extremo en el "Keeper of the Seven Keys".

Los otros dos temas del álbum están compuestos a medias por ambos. "Heavy Metal Is The Law" es un tema duro, de lo más cañero del álbum, y es que con ese nombre no podía ser de otra forma. La canción está grabada como si perteneciese a un directo, y realmente consigue transmitir muy bien esa sensación. "Metal Invaders" es la última de la crítica, pero no por ello la peor. Otro tema rápido, en el que destacan las líneas de bajo, y que tiene un gran estribillo. De nuevo un tema en el que Kai Hansen explora los límites de su voz.

Se podrían seguir desgranando más y más detalles de este álbum, pero creo que la crítica ya ha salido suficientemente extensa. La posterior entrada de Michael Kiske supondría una mejora en las voces, pero creo que en este disco, la crudeza de la voz de Kai Hansen es un plus, y el álbum no hubiese sido mejor con Kiske a la voz.

La formación que graba el álbum:

Kai Hansen: Voces, Guitarra
Michael Weikath: Guitarra
Markus Grosskopf: Bajo
Ingo Schwichtenberg: Batería

Nota Final: 9/10

jueves, 19 de noviembre de 2015

Los Suaves - Víspera de Todos los Santos (2000)

Corre el año 2000, y han pasado tres años desde que Los Suaves habían sacado el insuperable "San Francisco Express", que ya comentamos aquí en su día. El nivel de ese álbum, unido a los tres años de espera, hizo que las expectativas para este nuevo álbum fuesen realmente altas.

"Víspera de Todos los Santos" es el octavo lanzamiento de los de Orense, y si bien el disco no está a la altura de los dos anteriores, sí tiene un puñado de buenas canciones. Tanto a nivel musical como a nivel de producción, parece que la banda quiere retroceder en el tiempo, intentando hacer un álbum más directo, y que suena menos contundente esta vez.

El álbum abre con la canción que da nombre al álbum, "Víspera de Todos los Santos", un tema muy directo, ideal para abrir el disco. Posee los clásicos elementos de Los Suaves, con el típico riff marca de la casa y una buena y trabajada letra. Lo malo es que el riff se repite una y otra vez, con pequeñas variaciones, provocando que a la larga el tema se haga un tanto pesado.

"Harto de Ser Hombre" es un tema algo atípico, y en su momento diría que hasta novedoso para Los Suaves. Es una canción a medio tiempo, algo oscura, que establece una fórmula que la banda seguirá utilizando en los siguientes álbumes. El caso es que el tema no termina de cuajar al 100%, además de estar ubicado en un lugar demasiado privilegiado en el álbum.

"Palabras para Julia" se trata de una versión de la adaptación musical que hizo Paco Ibañez de un poema de José Agustín Goytisolo. Obviamente, la versión de Los Suaves está hecha en clave metálica, y queda un tema bastante sencillo y efectivo, que pronto pasó a ser un clásico en los repertorios en directo. De nuevo, aunque el tema mola, se acaba haciendo algo repetitivo.

Remontamos el vuelo con la parte central del álbum, que es sin duda lo mejor del mismo. "No me Gusta el Rock and Roll" es la clásica oda al Rock de Yosi, con Johnny B. Good como personaje de fondo. La canción es muy cañera, con un gran estribillo en el que Yosi fuerza a tope, y con un duelo final entre la armónica y la guitarra apoteósico.

Sin tiempo para descansar, enlaza con "Chou-Chou Llega el Tren", un tema duro, con un riff afilado, y en el que de nuevo destaca el buen hacer de Alberto Cereijo con la guitarra. Los coros finales del tema, me hacen pensar en lo poco que Los Suaves han utilizado ese recurso, y lo flojo que queda cuando lo hacen.

"Dulces Noches de Luna y Pateras" es un auténtico temazo, en el que Yosi pone lo mejor de sí mismo. A nivel musical, el tema comienza con un ambiente arábigo compuesto por Alberto Cereijo, que nos sitúa perfectamente en el contexto lírico de la canción. Una de esas letras que Yosi borda, en esta ocasión hablando del drama de la gente que intenta cruzar el estrecho. Una canción, que a mí al menos, me llega a poner la piel de gallina.

Finaliza esta magnífica sección central con "La Peor Canción del Mundo", que desde luego no es tal. Otro temazo en toda regla, cañero y esta vez con una letra sobre las mujeres. De nuevo se aprecia influencia de Alberto Cereijo en la dureza del tema, y el estribillo es de los mejores.

"Siempre con Miedo" es una canción más lenta que se enrabieta algo en el estribillo, y a diferencia de la segunda, sí es un tipo de canción que la banda ha trabajado en el pasado. Sin embargo en esta ocasión, no es tan acertada.

El álbum cierra con "Miénteme", un tema rápido pero algo soso, que casi me suena un poco a relleno. En él, se vuelve a apreciar esa carencia en los coros que mencionábamos antes.

Aunque no sea de los mejores álbumes de Los Suaves, hay sin duda unos cuantos temas clave que son imprescindibles. Probablemente coincide en el tiempo, con el principio de la decadencia de Yosi, que comenzaba a dar esos conciertos en los que se olvidaba de las letras, y salía al escenario más bebido de la cuenta, algo que sin duda afectó a la banda a todos los niveles.

La formación que graba el álbum:

Yosi: Voz, Guitarra, Armónica
Alberto Cereijo: Guitarra
Charlie: Bajo
Gelo: batería

Nota Final: 7,5/10

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Crotchduster - Big Fat Box of Shit (2004)

Crotchduster es un proyecto Death Avantgarde de Jason Suecof, líder de los norteamericanos Capharnaum. Quizá en su faceta de músico no es tan conocido como en su faceta de productor y propietario de los estudios Audio Hammer de Florida. Suecof ha sido productor de multitud de bandas muy conocidas, entre las que podriamos destacar algunas como Trivium, The Black Dahlia Murder, Job for a Cowboy, Death Angel, y un largo etcétera que podéis revisar por ejemplo, en su perfil de Metal Archives.

Hacer una crítica de un álbum de Avantgarde, siempre es algo peliagudo, ya que es un estilo que está muy sujeto a la apertura de mente del oyente. Además, siendo un estilo en el que a priori todo está permitido, hay veces que el nivel de experimentación es tan alto, que salen álbumes realmente incomprensibles. Este "Big Fat Box of Shit" de los Crotchduster, está en el límite de la razón, aunque desde mi punto de vista les salió un álbum bastante redondo.

La banda está compuesta por el mencionado Suecof, que firma como Fornicus "Fuckmouth" McFlappy, un tal Slippery Jim que mete algunas voces, y tras las baquetas, supuestamente hay un perro llamado Caín. Esto puede dar un poco una idea del nivel de coña que lleva la banda. El concepto lírico del álbum gira alrededor del sexo y la locura sin sentido, con un protagonista principal de nombre Williams. Desde luego las letras no tienen desperdicio, y recomiendo echarles un ojo. Si no eres muy escrupuloso, te podrás echar unas buenas risas.

Lo cierto es que en la música vamos a encontrar pasajes bastante inclasificables de Brutal Death, alternados con música Disco, ritmos Funky, algo de Grindcore, pasajes Heavy, ambientes tenebrososos, Hip Hop, Punk... Sí, y muchos de estos elementos en la misma canción. Valga como ejemplo "Let Me Into Starfish Land", que tiene una digna continuación en "Mr. Indignant Erection".

Aunque todo esto puede sonar muy caótico, y realmente lo es, creo que los cambios en los temas están muy bien llevados y metidos con bastante sentido, si es que se puede decir algo así de un álbum como éste. Los temas se hacen muy amenos de escuchar y tienen partes realmente pegadizas, alternadas riffs de Death Técnico marca de la casa, y con cualquier locura que se te pueda ocurrir a continuación.

La producción del álbum está a un gran nivel, como por otra parte no podía ser de otra manera, y podría destacar el tratamiento de las voces, con la variedad de registros involucrados, desde voces Death, a Hip Hop, incluso a bonitos coros como en el final de "Mammal Sauce". En este apartado encontramos bastantes colaboraciones de gente en las secciones habladas, y mencionar que en el último tema, "Crotchopus", la batería está grabada nada menos que por tres baterías diferentes, en vez de estar programada.

Y la verdad que no me quiero enrollar mucho más. Sólo animaros a escuchar algo diferente. Desde luego, no creo que este álbum se convierta en disco cabecera para nadie, pero de verdad que que no os aburriréis. Vale la pena sorprenderse aunque sea una vez.

La formación que graba el álbum:

Fornicus "Fuckmouth" McFlappy: Voces, Guitarra
Slippery Jim: Voces

Nota Final: 8/10

lunes, 2 de noviembre de 2015

Athelstan - The Ride (2013)

Athelstan es el nombre de este proyecto paralelo del propio Athelstan de los británicos Forefather. El impasse entre la edición de "Last of the Line" que ya comentamos aquí, y "Curse of the Cwelled", es aprovechado por Athelstan para presentar bajo su propio sello este material en solitario.

En una primera escucha, el material de este de "The Ride", no parece diferir mucho del sonido típico de Forefather, algo más o menos lógico, máxime si en el primer tema, "Keepers of the Dawn" escuchamos las características voces de su hermano Wulfstan, la otra mitad musical en la banda matriz. Este tema podría pertenecer sin mucho problema a algún disco de la banda, aunque el ritmo del mismo es más Heavy que otra cosa, y adolece de esos cambios a ritmos más puramente Black que encontramos en los temas de Forefather. Sin duda es un buen tema que nos deja con ganas de más.

Sigue "Ascent to the Tarn", colocado en la estratégica segunda posición, y llega el primer bajón para el oyente. Tras una buena apertura con el tema anterior, llega este tema instrumental, quizá demasiado lento para lo que llevamos escuchado hasta el momento. Parece extraño colocar un tema instrumental en la segunda posición, pero es que este álbum es prácticamente instrumental en su totalidad, y a excepción de la mencionada "Keepers of the Dawn" y de "Hero on the Hill".

El caso es que aunque el tema tiene algunas partes que molan, no me termina de enganchar como debiera. En el mejor de los casos podría haber servido de intro larga para el siguiente tema, "The Ride" que da nombre al álbum, pero como decíamos, volvemos a encontrar otro tema instrumental, y esta vez de nada menos que siete minutos de duración. El aura de este tema es muy épico, y tiene algunas melodías brillantes, aunque en todo momento va a medio tiempo, y ya deja claro que las intenciones de este álbum no pasan por dar caña al oyente, sino por provocar una escucha relajada del mismo.

"Enchantment (Bewitched)" rebaja aún más si cabe el ritmo del álbum, y nos ofrece un tema mucho más ambiental, con aires a baile medieval, que a mí al menos termina por cansarme un tanto. Me ocurre con este disco que escuchando los temas por separado, creo que me gustan todos, pero el conjunto del álbum se me hace algo espeso.

"Hero on the Hill" arranca con más fuerza, y nos devuelve un poco las energías, aunque en seguida volvemos a los pasajes lentos aunque épicos. El tema desemboca en "The March", otro tema instrumental, aunque esta vez más cañero y animado, con algunos de los ritmos más movidos del álbum y que deja un buen sabor de boca.

El final está reservado para una larga outro instrumental, con aire de banda sonora, que la verdad es que suena bastante currada, pero tras la cantidad de momentos relajantes del álbum, creo que no produce el efecto deseado.

Desde el respeto que tengo hacia cualquier lanzamiento musical, y siendo bastante fan de Forefather, creo que este álbum está editado con el fin de dar a conocer material grabado por Athelstan a lo largo de los años y que él mismo quería sacar a la luz. La ventaja de grabar, producir y editar tus propios lanzamientos es que no tienes que pasar el filtro de una discográfica.

El caso es que creo que este disco se queda a medias de algo que podía haber sido más grande. Desde la corta duración del álbum, con 35 minutos, y el exceso de partes instrumentales con algunas partes algo repetitivas, me hace pensar que este álbum, madurado durante más tiempo, podía haber estado mucho mejor.

La formación que graba el álbum:

Athelstan: Todos los instrumentos
Wulfstan: Voces

Nota Final: 6,5/10

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Anathema - The Silent Enigma (1995)

Hoy toca de nuevo hablar de Doom con este "The Silent Enigma", el último lanzamiento de los británicos que se podría encuadrar dentro de este estilo. Si analizamos la trayectoria de Anathema, veremos que pese a ser de los pioneros del Doom Death europeo, únicamente grabaron dos álbumes y dos E.P. que puedan ser catalogados como tales. Éste es posiblemente el álbum de Anathema más aclamado por los fans del material antiguo, y aunque estoy de acuerdo en que es un buen disco, creo que yo me quedo con la etapa intermedia de la banda, la que engloba el "Eternity", "Alternative 4" y "Judgement".

Tras la edición del "Pentecost III", la banda decide prescindir del vocalista Darren White, y es el propio Vincent Cavanagh quien pasa a hacerse cargo de este apartado, labor que compagina con la de guitarrista hasta día de hoy. Desde luego, la banda gana muchos enteros con el cambio, ya que la calidad como vocalista de Vincent es superior a la de Darren, y sobre todo porque encaja mucho mejor con los derroteros musicales que la banda empezaba a tomar.

En comparación con los álbumes anteriores, podemos decir que "The Silent Enigma" es más atmosférico. Mantiene a tope la esencia de la banda, con esos sentimientos de melancolía y tristeza que gustan de transmitir en sus canciones, aunque al mismo tiempo, en algunos riffs se percibe un pequeño giro hacia sonidos más Stoner. La producción mejora respecto a los anteriores álbumes, y se pueden distinguir perfectamente la ejecución de todos los instrumentos.

Los momentos estelares de este álbum son:

"Restless Oblivion". Es el tema que sirve para abrir el álbum, y a lo largo de sus ocho minutos, nos ofrece varias partes diferenciadas pero muy bien engarzadas. Es un tema muy bien llevado, que en ningún momento se hace repetitivo, y en cuyo riff inicial se puede apreciar ese rollito Stoner que comentábamos antes.

"Shroud of Frost", es uno de los temas más Doom y la vez más atmosféricos del álbum, sobre todo en una segunda mitad que destila melancolía por los cuatro costados. A estas alturas del álbum podemos apreciar el acierto con el cambio de vocalista, ya que Vincent es capaz de cantar de manera mucho más intensa y emocional que Darren White.

"A Dying Wish" es otra de las favoritas del álbum, y abre la senda de esos temas con una melodía realmente pegadiza y emocionante, que encontraremos en los sucesivos discos de la banda. En este tema vemos cómo Anathema es capaz de bordar la canción en base a esa melodía, y facturar un tema de mucha calidad.

Hay otro par de temas que están a buen nivel, como por ejemplo "The Silent Enigma", el tema que da nombre al álbum. Una canción que podría encajar sin problema en los anteriores discos y que posee una melodía bastante acertada.

Canciones como "Sunset of Age" demuestran que este estilo no es apto para todos los públicos, y sobre todo que no es apto para escuchar en cualquier momento. En mi caso, este tipo de música me encanta, pero tiene que ser escuchada en momentos muy concretos de relajación y tranquilidad. El tema posee un riff algo hipnótico que se va repitiendo a lo largo de la canción, y que está bien apoyado por unas voces plagadas de efectos.

Finalmente, hay otros temas que no parecen tener un rumbo muy claro.

"...Alone" es un tema protagonizado por las guitarras en limpio, y el único en que aparecen voces femeninas, que en esta ocasión corren a cargo de Rebecca Wilson. El tema es algo peculiar aunque tiene unos arreglos orquestales que molan bastante.

Canciones algo extrañas como "Cerulean Twilight" y "Nocturnal Emission", en exceso atmosféricas, hacen que puedas perder un poco el hilo del álbum.

Sin duda estamos ante un buen álbum, digno de ser disfrutado, pero que no llega a ser una obra maestra del género.

La formación que graba el álbum:

Vincent Cavanagh: Voces, Guitarra
Danny Cavanagh: Guitarra
Duncan Patterson: Bajo
John Douglas: Batería

Nota Final: 8/10

martes, 22 de septiembre de 2015

Ozzy Osbourne - Tribute: Randy Rhoads (1987)

Hoy vamos a hablar de otro álbum en directo, aunque este con un cariz muy diferente a otros que hemos comentado anteriormente. Como el nombre del álbum indica, este directo salió unos años después del fallecimiento del genial Randy Rhoads, como homenaje a su persona. Como siempre que hay un negocio de por medio, en este caso el musical, uno nunca puede evitar pensar la pasta que se ha hecho gracias a la edición de este concierto.

En fin, se supone que este disco debía de haber salido en 1982, tras la gira correspondiente, pero tras el infausto accidente aéreo en el que murió Randy, se pospuso su salida, y en su lugar se grabó el extraño "Speak of the Devil", consistente íntegramente en canciones de Black Sabbath, y que al mismo tiempo sirvió para competir con el "Live Evil" grabado por los Sabbath con Dio, ese mismo año.

La mayoría del concierto está grabado en un show en Cleveland, a excepción de "Goodbye to Romance" y "No Bone Movies", que están grabados en una gira anterior, lo que implica que en los créditos aparezcan también Bob Daisley y Lee Kerslake. De hecho el setlist del álbum parece cuadrar bastante bien con un concierto, a excepción de estos dos temas, que no creo que fuesen los escogidos para cerrar los conciertos.

El repertorio del directo consta básicamente del "Blizzard of Ozz" al completo, un par de temas del "Diary of a Madman", y tres canciones de Black Sabbath. El sonido del álbum es muy correcto, aunque yo tengo la versión remasterizada, e imagino que eso influye en este punto. Los instrumentos tienen un sonido muy claro, y es posible distinguir perfectamente los detalles de calidad de guitarra y bajo. Es especialmente reseñable el trabajo de estos dos, máxime cuando en el directo salen con un único guitarrista, y la labor del bajo se hace mucho más importante.

Randy Rhoads no para en todo el concierto de adornar cada canción con multitud de detalles, tal y como hacía también en los álbumes. En el apartado vocal confío un poco menos y creo que debió ser retocado. Ozzy clava las canciones sin fallos, y eso es algo que escuchando otros conciertos no oficiales de la época, no solía ser lo habitual.

El comienzo del concierto es arrollador, copiando exactamente las mismas canciones del "Blizzard of Ozz", "I Don't Know" y la mítica "Crazy Train". El volumen del sonido del público también es muy correcto y transmite muy bien esa emoción de los buenos discos en directo. Tras ellas, llega la primera incursión en el segundo álbum con "Believer", uno de los mejores temas del "Diary...". Me gusta especialmente la parte del solo.

"Mr. Crowley" es sin duda uno de los temas más carismáticos de la discografía de Ozzy Osbourne. El teclista invitado para la ocasión es Lindsay Bridgwater, y este es el tema con mayor presencia del mismo. Tras una pequeña introducción de Ozzy animando al personal a fumarse algo, interpretan "Fliying High Again", el otro tema perteneciente al segundo álbum, y que digamos que pone fin a la primera parte del concierto.

La sección central comienza con la increíble "Revelation (Mother Earth)", uno de los mejores temas de la historia de Ozzy. La interpretación es increíble en este tema, que lleva ese rollo tranquilote y melódico, y que desemboca en un final realmente apoteósico. La entrada del "Steal Away (The Night)" con el público rugiendo es buenísima también. El tema da paso al solo de batería de Tommy Aldridge, algo que a mí me sobra un poco en los directos grabados. Quiero decir, que un solo de batería en directo puede estar bien, pero en un álbum que escuchas una y otra vez, es la típica parte que acabas saltando en tu reproductor.

Tras ello, "Suicide Solution" con el esperado solo de guitarra. En este caso, no diré lo mismo que del solo de batería, especialmente siendo este álbum un tributo a la figura de Randy Rhoads. Aún así, el solo es mucho más corto que el anterior, y dura un par de minutos, para enlazar con el final del "Suicide" y de esta sección central del concierto.

La parte final del álbum está compuesto por las canciones rescatadas de la época de Ozzy en Black Sabbath, y por los dos temas grabados en la otra gira que mencionábamos al principio. Los temas elegidos de la época Sabbath son un gran acierto. Comienzan con una versión reducida del "Iron Man", para pasar al increíble "Children of the Grave", y finaliza con el imprescindible "Paranoid".

El disco finaliza con la baladita "Goodbye to Romance" y la rockera "No Bone Movies". Hay un pequeño extra al final, con unas grabaciones de estudio de Randy Rhoads, interpretando "Dee", un tema acústico que escribió en homenaje a su madre.

El vídeo escogido, no pertenece a este concierto, pero creo que es una buena elección para poder ver tocar al bueno de Randy. En resumen, este es un disco merecedor de estar en la estantería de cualquier amante del Heavy Metal.

La formación que graba el álbum:

Ozzy Osbourne: Voces
Randy Rhoads: Guitarra
Rudy Sarzo: Bajo
Tommy Aldridge: Batería

Nota Final: 9/10


viernes, 18 de septiembre de 2015

Children of Bodom - Something Wild (1997)

El fenómeno Children of Bodom irrumpió con mucha fuerza en 1997, con la edición de su primer álbum "Something Wild". Un grupo realmente joven, donde la mayoría de sus miembros en ese momento apenas tenía los 18 años, y que de alguna manera revolucionó un poco el panorama metálico, consiguiendo acercar la escena extrema a un público más amplio.

Tras unos comienzos más cercanos al Black Metal con Inearthed, el primer nombre de la banda, cambian a Children of Bodom en ese mismo 1997 para la salida de este nuevo álbum. El nombre de la banda proviene de un suceso ocurrido en su Finlandia natal, en la que tres adolescentes fueron asesinados durante una acampada, en un crimen que a día de hoy, me parece que sigue sin resolverse. Sólo hubo un superviviente que fue herido, pero que nunca pudo identificar al asesino. Si queréis leer un poco más sobre ello, os remito a la wikipedia.

La apuesta de Children of Bodom en este primer álbum, consiste en un Death-Heavy muy melódico, con toques neoclásicos, pero mezclados con las afiladas voces de Alexi Laiho. A estos elementos musicales, en "Something Wild" aún se le unen pequeños ramalazos Black, que fueron perdiendo en sucesivos álbumes, pero que en este lanzamiento, aún se perciben claramente.

El álbum sólo consta de 7 temas, y no llega a los 31 minutos de duración. El primer tema es un auténtico trallazo en la cara, y uno de los mejores temas del disco. En "Deadnight Warrior", ya aparecen la mayoría de elementos que hicieron famosos a Children of Bodom. Riffs melódicos y cañeros, aderezados con atmósferas de teclado bastante siniestras. La canción apenas dura tres minutos, pero sin duda te deja con ganas de escuchar más. Mencionar que la intro del tema, está sacada de la película de "It".

En la siguiente canción, "In the Shadows" se percibe perfectamente ese gusto de Black Melódico que aún mantenían en sus temas, tanto en el riff principal, los teclados y los ritmos de batería con los blast beats típicos. Hacia el final del tema tenemos una parte con un punteo más neoclásico de Alexi Laiho, y que da paso a una sección muy heavy que sirve de puente hacia el siguiente tema. Este tema da sensación de ser de los primeros temas compuestos para este álbum.

"Red Light In My Eyes" es una canción separada en dos partes. La primera de ellas, ya no destila tanto tufillo Black como la anterior, sino que es un tema más contundente, con bastantes cambios de ritmo, y con algunas modulaciones diferentes en las voces. La segunda parte del tema, si que tira de un rollo más Black, aunque de nuevo es un tema con varias partes diferenciadas. Vamos que me da la sensación que estos "Red Light in My Eyes" son dos temas hechos con un montón de retazos sueltos, y bien empalmados posteriormente.

"Lake Bodom" es junto a "Deadnight Warrior" de los pocos temas del álbum que ha sobrevivido al tiempo, y que muestra claramente el rollo que llevaría Children of Bodom en los siguientes dos álbumes y que centra ese estilo marca de la casa. Un tema de muy Heavy pero a la vez cañero, con una melodía principal muy marcada y reconocible, y con los clásicos duelos en los solos entre la guitarra de Alexi Laiho y el teclado de Janne Warman. Posiblemente el mejor tema del álbum.

"The Nail" de nuevo tiene una intro peliculera, esta vez de la mítica escena de las galeras de "Ben-Hur". Pese a ello, es quizá el tema que más pasa desapercibido en el álbum, y menos aporta frente a los demás. Lo mejor, la sección de los solos del final del tema.

Finaliza el álbum con otro tema que también perduró durante algunos años, y es "Touch Like Angel of Death". De nuevo este tema está en la onda de lo que serían los sucesivos álbumes de Children of Bodom, con esas características melodías sobre las que son capaces de meter las voces, algo más sencillo que en otros estilos, ya que las voces no tienen melodía. Como anécdota comentar que este es el único tema que a priori tenía letras escritas, mientras que el resto de canciones fueron improvisadas durante la grabación, en base a los gritos de Alexi Laiho. Algo extraño, pero eso cuenta la leyenda... jejeje.

En resumen, que pese a no ser el mejor disco de Children of Bodom, a mí me gusta bastante, porque a parte de que tiene buenos temas, es posible apreciar los orígenes de la banda y hacia dónde encaminaría sus pasos. Digamos que es un disco puente entre dos etapas de la banda.

La formación que graba el álbum:

Alexi Laiho: Voces, Guitarra
Alexander Kuoppala: Guitarra
Henkka T. Blacksmith: Bajo
Janne Warman: Teclados
Jaska Raatikainen: Batería

Nota Final: 8/10

jueves, 17 de septiembre de 2015

Nightwish - Once (2004)

"Once" fue el álbum que consolidó el salto de popularidad que los fineses Nightwish habían conseguido con su anterior "Century Child". No tanto dentro de la escena metálica en la que ya gozaban de bastante reconocimiento desde su segundo álbum "Oceanborn", sino hacia un público más generalista. Con esto, no quiero decir que sea este un álbum blando, de hecho suena más cañero que el mencionado "Century Child", pero al mismo tiempo tiene un par de canciones de las que enganchan a todo tipo de públicos, con elementos que desgranaremos más adelante.

Como en todos los álbumes de Nightwish, todo el peso compositivo, así como la producción corre a cargo de Tuomas Holopainen, auténtico cerebro que lleva las riendas de todo lo concerniente a la banda. Sin duda la producción del álbum es exquisita, y en cada una de las canciones se perciben unos arreglos trabajados hasta el último detalle. Las guitarras suenan realmente pesadas y graves, lo que viene siendo la tónica habitual en casi todas las producciones en el Metal del siglo XXI.

Por otro lado, las voces, coros, y orquestaciones se adueñan del protagonismo en la mayoría del álbum, dejando al resto de instrumentos como meros acompañamientos de estos. Además, es la primera vez que la banda utiliza una orquesta real en sus grabaciones.

En el apartado vocal, Tarja suena menos operística que en el pasado aunque seguimos teniendo secciones en las que suenan 100% a canto clásico.

Éste álbum contó nada menos que con dos singles, uno editado antes y otro después de la salida al mercado del álbum. Estos son los temas a los que hacía referencia en el inicio de la crítica.

El primero de ellos, "Nemo", es un tema bastante comercial que cumple a la perfección con su cometido de single. El tema se sustenta principalmente en las voces de Tarja y en un riff de lo más sencillo. Algo digno de mención en este tema, es la presencia de un pequeño solo de guitarra a cargo del bueno de Emppu, en una de las poquísimas veces que le permiten brillar un poco. Eso sí, desconozco si en la versión "single", aparece o no el solo.

"Wish I Had an Angel" es el otro tema que fue single del álbum, y la verdad es que es un tema en el que Nightwish sabe jugar bien sus cartas. Como ha sido habitual desde la entrada de Marco Hietala en la banda, su característica voz es bien aprovechada en los temas, y en este sirve para hacer un pequeño duelo con Tarja, que da mucho juego en la canción. El tema suena bastante duro en cuanto a la producción, pero a la vez muy pegadizo, de nuevo con un riff principal en el que la voz de Tarja se apoya únicamente en el sonido del bajo. El estribillo consta de un ritmo muy machacón, en el que la batería se confunde con un ritmo techno que se solapa con ella, dándole un punto extra de comercialidad.

Contra todo pronóstico, creo que el tema que más me gusta del álbum es el primero. "Dark Chest of Wonders" es una canción en la que hay más equilibrio entre todos los instrumentos, y podemos apreciar riffs de guitarra algo más complejos, bien apoyados por el resto de la banda. El estribillo es pegadizo, y el tema cuenta además con una sección central en la que la guitarra se hace protagonista con un pequeño ritmo de cierto aire progresivo.

Creo que el último tema que destacaría del álbum, es el "Creek Marys Blood". Estamos ante una larga canción de más de ocho minutos, cuyo letra versa sobre los antiguos indios americanos. Comienza siendo una bonita balada, que posteriormente se enrabieta, dando lugar a un tema muy completo, que se ve redondeado por la interpretación final de un poema en el idioma de los Sioux.

El resto del álbum la verdad es que no me dice mucho, y aunque tiene algunos momentos disfrutables en casi todas las canciones, se me hace algo repetitivo y un poco pesado.

Quizá el estribillo de "The Siren", el trabajo más guitarrero y metálico en "Romanticide" o la más larga de todas, "Ghost Love Score" que es como una pequeña banda sonora en sí misma. A lo mejor escuchando cada canción por separado, lo disfrutaría más que escuchándolo del tirón.

La formación que graba el álbum:

Tarja Turunen: Voces
Emppu Vuorinen: Guitarra
Marco Hietala: Bajo, Voces
Tuomas Holopainen: Teclado
Jukka Nevalainen: Drums

Nota Final: 7/10


martes, 15 de septiembre de 2015

In Flames - The Tokyo Showdown (2001)

Este es uno de esos directos que ya hemos comentado en otras ocasiones, que de alguna manera sirven para cerrar una etapa exitosa en la trayectoria de una banda, y que en esta ocasión da paso a una nueva en la que el estilo de la banda cambia en mayor o menor medida. Se podría decir que la primera etapa de In Flames termina con la edición de "Clayman" en el año 2000. Durante esos primeros discos, fueron una de las bandas más importantes y relevantes de la escena del Death Melódico en europa, y junto a Dark Tranquillity los grandes exponentes del llamado sonido "Gotemburgo".

Precisamente con "Clayman" ya alcanzan unas cotas de popularidad muy relevantes, lo que les lleva a realizar giras importantes por Europa, y cómo no, por Japón, un auténtico santuario para las bandas de todo tipo de Metal. Concretamente, el concierto está grabado durante la gira que realizó In Flames por el país del sol naciente durante Noviembre de 2000, y el nombre completo del álbum es "The Tokyo Showdown - Live in Japan 2000".

El punto positivo, aunque a la vez negativo de este lanzamiento, es que es un reflejo bastante fiel de la realidad de los conciertos de In Flames, al menos de los que yo he vivido. Esta dualidad es fruto de varios puntos que paso a comentar:

  • Repertorio: el repertorio del concierto está bastante bien escogido, y aunque como es lógico se centra en la gira del mencionado "Clayman", no dejan de tocar la mayoría de los temas imprescindibles de "Colony" y "Whoracle". En cambio, "The Jester Race", sólo es agraciado con un tema, "Moonshield", y el primer álbum es visitado de refilón con "Behind Space", ya que este tema también fue regrabado para el álbum "Colony".
    Como siempre, cada fan de In Flames, echará en falta algunas canciones en el directo. Yo sobre todo echo en falta más material antiguo, que haga el directo más completo, algo que podría solucionarse si el álbum tuviese más de 15 temas, y esto enlaza con el siguiente punto.
  • Duración: la verdad es que los conciertos de In Flames que he podido ver, siempre han sido bastante cortos, incluso cuando han sido cabezas de cartel en su respectiva gira. En este directo, hay únicamente 15 canciones para un total de 1 hora de duración. Incluso pensando en que el soporte físico, fuese un único CD y no se plantease la posibilidad de editar un doble directo, siempre se podía haber llegado a los 70 minutos. Esos 10 minutos extra, hubiesen dado para meter dos o tres canciones más, cubriendo así un poco más los primeros álbumes, máxime cuando encima el directo está grabado a lo largo de una gira, que da más pie a encontrar diferentes cortes en los directos. 
  • Sonido: el sonido general del álbum es bastante irregular, y es curioso que pese a que el encargado de la producción y de la mezcla es el propio Andres Fridén, la voz es una de las cosas que peor suenan en el álbum. En todo momento, el protagonismo en todas las canciones es para las guitarras, que en muchas ocasiones están tapando las voces.
    La sección rítmica tampoco sale mucho mejor del trance, y el sonido de los bombos no me gusta nada. No obstante, el problema con las voces, es muy posible que sea por la propia interpretación del bueno de Anders, ya que al menos en los directos en los que he podido verle, ha demostrado que va bastante justito de voz. Además, personalmente no me gustan nada sus voces limpias tipo "emo", que más adelante ha ido utilizando cada vez más.

Pese al pobre sonido del directo, creo que las interpretaciones de los temas son bastante salvables, al menos a nivel instrumental y como digo, es fiel reflejo de los directos que al menos en esa época hacía In Flames. Ahora bien, es una lástima que sus conciertos, no estuviesen al nivel de los buenos discos que sacaron en esa etapa.

La formación que graba el álbum:

Anders Fridén: Voces
Jesper Strömblad: Guitarra
Björn Gelotte: Guitarra
Peter Iwers: Bajo
Daniel Svensson: Drums

Nota Final: 5,5/10

jueves, 6 de agosto de 2015

My Dying Bride - The Angel and the Dark River (1995)

El disco sobre el que quiero escribir hoy, es sin duda uno de los lanzamientos más icónicos dentro de la escena del Doom Metal europeo. "The Angel and the Dark River" es el álbum más aclamado de los británicos My Dying Bride, unos de los maestros del Doom, y seguramente la banda que más y mejor ha sabido explotar la fórmula que dicho estilo ofrece.

Tal y como vimos aquí en la crítica del "As the Flower Withers", en los comienzos de la trayectoria de la banda, aún se percibían muchas influencias de las corrientes Death de finales de los 80 y principios de los 90. Con "Turn Loose the Swans" estas influencias son dejadas de lado, y la banda comienza a ahondar en una música mucho más densa y atmosférica, explorando nuevos sonidos e incorporando un violín, como una de las señas de identidad de la banda en estos años.

Esta evolución es llevada un paso más lejos en este "The Angel...", con una producción mejorada y con la inclusión de algunos samplers que enriquecen las atmósferas de las canciones. En el apartado vocal, mencionar que desaparecen totalmente las voces agresivas, quedando únicamente voces limpias.

La canción que abre el álbum, "The Cry of Mankind" es su clásico más conocido, e imprescindible en todos los directos de la banda. La característica más reconocible es la melodía dominante en toda la canción. Desde la apertura del tema, hasta el último segundo, durante los doce minutos de la canción, se mantiene a modo de obstinatto. Para los conciertos hay una versión reducida del tema, ya que los últimos cinco minutos son un ejercicio atmosférico no apto para los directos.

Una pequeña entrada del bajo de Ade, da paso a las melancólicas notas de violín ejecutado por Martin Powell, miembro destacado de la escena extrema inglesa con su participación en otras bandas como Anathema o Cradle of Filth. Sin duda uno de los aciertos de la banda fue la incorporación de este instrumento en sus composiciones ya que es capaz de aportar unas sensaciones únicas a los temas. En "From Darkest Skies" es el violín el que se apodera de la melodía principal. Buen cambio hacia la mitad del tema hacia un parte más dura y siniestra que se mantiene hasta el final, en contraste con la melódica parte inicial.

"Black Voyage" es una de mis favoritas del álbum. Comienza el tema con una melodía de violín que contrasta a la perfección con los parones y los armónicos marca de la casa. Lo que podemos entender como el estribillo de la canción es de lo mejor de este álbum. Primero mostrado con las guitarras y la acaraciadora voz de Aaron, y complementado después con la preciosa melodía del violín. De ahí, pasamos de nuevo a otra parte totalmente distinta, con una atmósfera depresiva y ominosa, que se alarga hasta un final dominado de nuevo por la parte que he llamado estribillo.

"A Sea to Suffer In" suena algo más complejo, aunque a la vez con más dinamismo que los anteriores. Posee una estructura basada en varias partes que van transcurriendo con fluidez. Es el tema más corto del álbum, quedándose en "tan solo" seis minutos y medio. "Two Winters Only" es una canción muy tranquila y lenta, en la que predominan los pasajes de guitarra acústica, y que aporta unas melodías vocales muy bonitas y melancólicas como suele ser habitual en Aaron. Sin duda otro de los puntos álgidos del álbum.

Rizando el rizo podríamos comentar, que la parte más floja de este álbum son las baterías. Los ritmos se hacen algo repetitivos, y se abusa de los redobles de caja en los fills.

El álbum finaliza con "Your Shameful Heaven", el tema más variado en cuanto a los tempos, ya que alterna las partes lentas con los pasajes más cañeros de todo el disco, y que ayudan a cerrarlo con mucha fuerza.

Estamos sin duda en el primero punto de inflexión en la carrera de My Dying Bride, y la culminación de la evolución llevada desde el primer álbum.

La formación que graba el álbum:

Aaron Stainthorpe: Voces
Andrew Craighan: Guitarra
Calvin Robertshaw: Guitarra
Adrian "Ade" Jackson: Bajo
Martin Powell: Violin, Teclados
Rick Miah: Batería

Nota Final: 9/10


miércoles, 5 de agosto de 2015

Dream Theater - Octavarium (2005)

El nombre "Octavarium" viene, como no puede ser de otra manera, por ser el octavo disco de estudio de Dream Theater, la banda de metal progresivo por excelencia. Siendo una de mis bandas favoritas de todos los tiempos, he de reconocer que este "Octavarium" no es su mejor disco. De hecho, las primeras escuchas me dejaron bastante frío, aunque con el paso del tiempo fue ganando puntos poco a poco.

Lo primero que se aprecia al escuchar el álbum, es que una vez más el grupo no quiere estancarse, y de alguna manera explora nuevos elementos, y moderniza un poco su sonido. Esto es notorio sobre todo en la producción de las voces en las que utilizan más samplers. Esta técnica la han seguido aplicando en los sucesivos álbumes, con un resultado bastante bueno.

Por otro lado, especialmente el sonido de las guitarras, es menos limpio de lo habitual, algo que considero que no beneficia para nada a una banda como Dream Theater. El otro aliciente en cuanto a las novedades, consiste en la utilización de una orquesta real por primera vez en su historia.

El disco comienza con "The Root of All Evil", un tema pegadizo y a la vez bastante diferente a lo hecho hasta la fecha por el grupo. Obviamente, se nota que es Dream Theater, pero el tema queda algo soso para mi gusto.

Continúa el álbum con la balada "Answer Lies Within", típica del estilo de Dream Theater. De nuevo el tema se queda en un "no está mal", aunque desde mi punto de vista, está colocada demasiado pronto en el álbum. En este tipo de canciones es donde más brilla a día de hoy la voz del James LaBrie. Cuando canta con la voz suave y acariciadora, la cosa va bien, pero cuando empieza a forzar la máquina, la cosa va a peor.

"These Walls", acelera un poco el ritmo, aunque no lo suficiente. De nuevo es una canción a medio gas, entretenida aunque discreta. A estas alturas del disco, te das cuenta de que apenas has escuchado algún solo de John Petrucci, y algunos de ellos están doblados con el teclado, como en el primer tema.

Una de las grandes sorpresas, y en principio decepción, viene con "I Walk Beside You". Es un tema que más que de Dream Theater, parece una versión de U2. Incluso, James LaBrie, intenta imitar los dejes de Bono cuando canta el estribillo. El caso es que el tema mola, es sencillo y pegadizo, pero tiene un gustillo comercial que da que pensar. Estamos en el cuarto tema, y vemos que el álbum va pasando con más pena que gloria.

Afortunadamente en la segunda mitad, el álbum mejora ostensiblemente y mis canciones favoritas aparecen aquí. "Panick Attack" es uno de los temas más rápidos del disco, y con un estribillo bastante potente. Las guitarras de Petrucci suenan muy graves en este tema, aunque imagino que esta bajada ayuda al bueno de LaBrie, que prueba algunos experimentos con su voz, haciendo una especie de "gallos" que quedan bastante bien. La canción en general mola bastante, pero se echa en falta algo de sorpresa en las estructuras de las canciones que son en exceso previsibles para lo que suelen ser en otros álbumes de Dream Theater.

Uno de mis temas favoritos es "Never Enough". De nuevo un tema movidito y bien compuesto, con partes que realmente nos hacen revivir los mejores tiempos de la banda. La sección instrumental de la canción está a un buen nivel, y el final es de lo mejor del álbum.

"Sacrificed Sons" es la canción que más se mueve en la onda de los anteriores discos. Es un emotivo tema que trata sobre las víctimas del 11-S, Comienza con una sección suave y misteriosa que va aumentando su ritmo poco a poco hacia territorios propios de la banda, y que se ve redondeada por un gran estribillo, y una estructura más enrevesada.

"Sacrificed Sons" y "Octavarium", son las dos canciones en las que podemos escuchar la orquesta, y lo bien que engarza con la música de estos genios.

Finaliza el álbum con la canción que da nombre al disco. Todo un temazo de 24 minutos, que no está nada mal, aunque en su conjunto a lo mejor queda algo lento. Especialmente debido a la larga intro y la sección acústica que se alarga hasta el minuto 8 más o menos. La caña y las mejores partes llegan pasado el minuto 12. Aun siendo una buena canción, las comparaciones con "A Change of Seasons" son inevitables, y ahí, "Octavarium" pierde claramente la batalla.

Este puede ser el disco de Dream Theater más fácil de escuchar para alguien ajeno a la banda. Desde luego, esto no es un mérito tratándose de Dream Theater, ya que lo que parece es que en este disco, el nivel de inspiración es menor que en otras ocasiones.

Un álbum así, escrito por otro grupo, seguro sería un gran álbum, pero tratándose de ellos, este disco se queda junto a "Falling into Infinity" en la parte trasera de su discografía.

La formación que graba el álbum:

James LaBrie: Voz
John Petrucci: Guitarras
John Myung: Bajo
Jordan Rudess: Teclados
Mike Portnoy: Batería

Nota Final: 6,5/10

jueves, 9 de julio de 2015

Iron Maiden - Powerslave (1984)

El "Powerslave" es un disco al que le tengo especial cariño, ya que es ni más ni menos que el primer disco de Iron Maiden que cayó en mis manos. Además es sin duda, uno de los lanzamientos culminantes de la historia de la banda, que en aquel 1984 alcanzaba las mayores cotas de popularidad. Con una formación totalmente asentada, y tras dos discos increíbles como "The Number of the Beast", y "Piece of Mind", el nivel de exigencia era máximo.

Esto no amedrentó a una banda en estado de gracia, que fue capaz de editar un tercer discazo consecutivo, consiguiendo incluso mejorar al anterior. La grabación de este álbum, tuvo su continuación más gloriosa con la gira mundial "World Slavery Tour", que dio lugar al mejor directo de Iron Maiden, el archiconocido "Live After Death", que sin duda algún día tendrá su correspondiente entrada en este modesto blog.

Entramos de lleno en el apartado musical del álbum, con uno de los temas más rápidos escritos por Iron Maiden. "Aces High" es todo un cañonazo directo a la cara, ideal para abrir el disco con fuerza. Un tema ambientado en los pilotos ingleses de la Segunda Guerra Mundial, con un estribillo de los que ponen la piel de gallina. Además, grabaron un vídeo para el mismo, que mola bastante y que he elegido como complemento a la crítica.

Continúa el disco con uno de los clásicos del grupo. "2 Minutes to Midnight", fue el tema escogido como primer single para el álbum. Es una canción algo más tranquila que la anterior, de nuevo con un buen estribillo muy pegadizo, pero que con el paso de los años, a mí al menos me ha llegado a cansar un pelín. Sé que esto puede sonar a sacrilegio, pero vaya, creo que a la larga es un tema con menos recorrido.

El tercer tema, "Losfer Words", es una canción totalmente instrumental ubicada en una posición poco habitual para este tipo de temas. Es el primero de estas características de la era Dickinson y posee una gran melodía de las que se queda metida en la cabeza, y en el que toda la banda hace un gran trabajo.

Continúa el álbum con "Flash of the Blade". Un tema con un riff muy Heavy, con menos melodía de la habitual y con un gran estribillo. El punto álgido de las melodías en esta canción, está en la sección central, con un punteo doblado a dos guitarras, contrastando con las siempre potentes líneas de bajo de Steve Harris.

Siguen cayendo los temazos, y en esta ocasión es "The Duellists". Clásico tema de Iron Maiden, con una parte instrumental memorable, y unos solos que molan un montón. Una canción que debería haber tenido más presencia en los repertorios de la banda, pero que nunca fue así.

"Back in the Village" es uno de esos temas de Iron Maiden, que no llego a entender del todo, y que suelen aparecen en sus discos. Un buen riff y una buena melodía, estropeados por un estribillo algo vulgar. No es que sea un mal tema, pero está claramente por debajo del nivel del resto.

Entramos en la sección final del álbum, que además destila épica por los cuatro costados. "Powerslave", el tema que da nombre al disco, es una canción que se mueve en esos ambientes egipcios, que tan bien encajan en el Heavy Metal. La canción comienza bien y termina mejor, donde podemos destacar el buen hacer de Nicko McBrain a las baterías, y del dominio que tiene del bombo. De nuevo los solos de este tema son realmente buenos, y se alternan con melodías dobladas de guitarra.

Y llegamos a un momento que nunca, nunca, deja de enamorarme. "Rime of the Ancient Mariner" es probablemente la mejor y más completa canción que ha compuesto Iron Maiden, y eso es mucho decir. Es un tema de más de 13 minutos, el más largo escrito nunca por ellos. La letra de la canción está basada en el poema del mismo nombre escrito por Samuel Taylor Coleridge.

La canción, comienza con la estructura estándar de estrofas, puentes y estribillos, que desembocan en una parte central mítica. Una sección hipnótica y siniestra, protagonizada por el bajo de Steve Harris, en la que los gemidos de guitarra son los encargados de ir incrementando poco a poco, el nivel de emoción hasta dar paso al momento más apoteósico del álbum. Sin duda un tema grandioso.

Iron Maiden, demostraron con este disco, que pese a tener su estilo propio, continuaban en plena evolución hacia unos temas cada vez más elaborados y mejorando técnicamente. Es sin duda un álbum para escuchar y con el que seguir emocionándose treinta años desupés.

La formación que graba el álbum:

Bruce Dickinson: Voces
Dave Murray: Guitarra
Adrian Smith: Guitarra
Steve Harris: Bajo
Nicko McBrain: Batería


Nota Final: 9,0/10

martes, 7 de julio de 2015

Dark Tranquillity - Exposures - In Retrospect and Denial (2004)

En general, suelo ser bastante crítico con los recopilatorios que no ofrecen nada especial al fan de una banda. Es cierto que en alguna ocasión, pueden servir para acercarse a un grupo que no conozcas mucho, pero en esta era de la información en la que estamos, esto es cada vez más infrecuente. He soltado este rollete como introducción a la crítica de este "Exposures - In Retrospect and Denial" de los suecos Dark Tranquillity, un recopilatorio que es mucho mejor que el habitual compendio de grandes éxitos.

En este doble lanzamiento, Dark Tranquillity se encarga de ofrecernos material inédito de la banda en forma de canciones que no han sido publicadas previamente, o que han formado parte de bonus tracks de ediciones japonesas, mezclado con algunas de las primeras grabaciones de la banda, y todo esto aderezado por un  directo de la gira del "Damage Done". De alguna manera este recopilatorio redondea mi etapa favorita de Dark Tranquillity.

Yendo al grano con lo que aquí se nos ofrece, en el primer CD, vamos a encontrar el material de estudio, distribuido por orden cronológico inverso.

De las sesiones del "Damage Done", vamos a encontrar posiblemente, los dos mejores temas del recopilatorio. "Static", que era un tema inédito en ese momento, ya que después ha formado parte de alguna reedición del mencionado álbum, y que debió ser un descarte del mismo. El caso es que es un buen tema, con los elementos de melodía y fuerza habituales en la banda. El otro tema de estas sesiones es "The Poison Well", que fue bonus de la edición japonesa, y que es mi favorito del recopilatorio. Escuchar este tema, y pensar que fue dejado como bonus track, te puede dar cuenta del gran potencial que tuvo "Damage Done".

Los tres siguientes temas corresponden a las sesiones de grabación de "Haven". Son temas algo más flojitos que los anteriores, y aquí sí que se puede hablar de descartes algo más claros, aunque no perdamos de vista que el objetivo del álbum es el darlos a conocer a los fans. De las tres, creo que tan solo "Cornered" había visto la luz como bonus de la edición japonesa. Este es un tema que no está mal, pero el riff principal suena en exceso Popero. "In Sight" es ese tipo de semibalada marca de la casa, con multitud de voces limpias de Mikael Stanne, y que a mí al menos no me va mucho. De este bloque, me quedo con "Misery in Me", un tema con un buen riff, pero que le falta algo para ser un gran tema.

Una de las cosas que me gusta al escuchar el recopilatorio, y en el orden en el que está grabado, es que se pueden apreciar bien las diferencias que hay entre los tres álbumes de Dark Tranquillity, que pese  ser una banda con un sonido muy definido, ha ido evolucionando sutilmente de unos discos a otros.

Las dos correspondientes a las sesiones de "Projector" creo que eran inéditas hasta este momento. "No One" es un tema algo insulso, de nuevo con bastantes voces limpias, mientras que "Exposure" es un tema bastante cañero, con ciertos retazos de la época antigua de Dark Tranquillity, y que sirve de introducción perfecta para lo que viene a continuación.

Sin duda, el punto más interesante para los auténticos fans de la banda, viene con los siguientes temas, que forman en su conjunto, ni más ni menos que los dos primeros lanzamientos de Dark Tranquillity en su historia.

Siguiendo el orden inverso, los dos primeros forman el E.P. "A Moonclad Reflection", mientras que las otras tres pistas pertenecen a su primera demo "Trail of Life Decayed". Las canciones son las originales, y no están regrabadas, ya que el sonido es bastante primitivo y entre otras cosas es posible escuchar las voces de Anders Friden de In Flames, que por aquella época era el vocalista de la banda, mientras que Mikael Stanne era guitarrista. Lo que es posible es que el sonido se haya masterizado un poco, aunque es algo que no puedo afirmar.

Por no enrollarme más, comentar por encima que el contenido del segundo CD corresponde con el audio del DVD "Live Damage" grabado durante la gira del "Damage Done". Un buen complemento para el recopilatorio, aunque sin duda el material que realmente lo hace interesante para el fan, es el comentado del primer CD.

En esta ocasión, me salto eso de la formación que graba el álbum... :)

Nota Final: 8/10

jueves, 2 de julio de 2015

Vintersorg - Cosmic Genesis (2000)

Cada cierto tiempo aparece uno de esos discos en los que parece que todo es perfecto, y este es el caso del tercer álbum de Vintersorg. Tras dos primeros lanzamientos en los que ya mostraba una aproximación diferente y original al Black Viking Metal, en esta ocasión da un paso más en la evolución, y se presenta con este "Cosmic Genesis", un disco que puedo asegurar que es de mis favoritos de todos los tiempos.

Antes de comenzar la grabación del álbum, Vintersorg une fuerzas con su amigo Mattias Marklund, antiguo compañero de batallas en Otyg, y que hasta día de hoy se han mantenido como dúo bajo el mismo nombre de Vintersorg. "Cosmic Genesis" es un impecable ejercicio de fusión entre el Black, el Heavy, pasajes épicos y algún que otro toque folk.

En este lanzamiento, todo está cuidado al detalle, desde una portada y un concepto muy atrayentes, pasando por las composiciones y unos arreglos muy trabajados. Al igual que en los álbumes anteriores, el propio Vintersorg se encarga de todos los instrumentos, añadiendo Mattias una segunda guitarra al sonido de la banda. La batería vuelve a estar sampleada una vez más, aunque hay una mejora respecto a los discos anteriores, tanto en el sonido como en la complejidad de los patrones y ritmos programados. Aún así, es quizá el aspecto menos brillante del álbum.

Entrando ya en el apartado de las canciones, tenemos un compendio de nueve canciones únicas, muy variadas y cada una de ellas enriqueciendo el álbum con matices diferentes que llevan a este "Cosmic Genesis" a un nivel superior.

"Astral and Arcane" abre el álbum de manera impecable, con un riff de entrada a toda velocidad, alternando las voces limpias con las agresivas, y que va evolucionando poco a poco a través de distintos ambientes, con puentes más relajados, secciones rítmicas muy Heavies, y un estribillo realmente épico. Sin duda una de mis favoritas.

En este "Cosmic Genesis", Vintersorg hace su primera incursión en la escritura de letras en inglés, algo en lo que no se han prodigado mucho a lo largo de su carrera. Una auténtica lástima para los que no entendemos sueco, porque las letras brillan al mismo nivel de la música.

"Algol" es una canción basada en un escrito de Karl-Erik Forsslund y adaptada para la ocasión. Es un tema dominado por una melodía con un aire folk, convenientemente mezclada con la fuerza del Black Metal, y aderezada con unas líneas vocales y unos coros magníficos, y que finalizar con una parte realmente épica y emocionante.

"A Dialogue With the Stars" es un tema muy directo, que entra a la primera y en el que dominan ritmos más Heavies, aunque las voces siguen siendo alternadas entre las limpias y las agresivas. Además, el estribillo de este tema es realmente pegadizo, y posee unos coros 100% marca de la casa.

"Cosmic Genesis" es el opus que da nombre al álbum, y con más de siete minutos es el tema más largo del álbum. De nuevo estamos ante un tema muy completo y con cierta complejidad llevada de manera muy natural. El tema se ve redondeado por una sección final realmente especial y diferente al resto del álbum, que va creciendo en emoción hasta el final, y que de nuevo muestra unos coros que sólo Vintersorg es capaz de hacer.

A lo largo del álbum, es notoria la mejoría en las voces de Vintersorg respecto a los anteriores lanzamientos, fruto no solo de la madurez, si no de una evolución constante en su desarrollo como vocalista.

"Om Regnbågen Materialiserades" es la primera incursión en su lengua materna, y nos deja una canción a medio tiempo, con algunas de las melodías más bonitas de todo el álbum, y con una parte central dominada por las guitarras acústicas que sirve de entrada para una parte realmente apoteósica.

"Ars Memorativa" retoma la parte más cañera del álbum, y es una de esas canciones que crece en cada escucha del álbum, con unas líneas vocales muy destacables, y quizá uno de los temas que deja alguna traza de la evolución futura de Vintersorg en los siguientes lanzamientos.

"Rainbow Demon" es una versión del clásico de Uriah Heep, que muestra por un lado el gusto de Vintersorg por el rock de los 70, y por otro lado la capacidad de adaptar temas de otros artistas al sonido de la banda. Si la memoria no me falla, es la única versión en la historia de la banda.

Entramos en la recta final de este "Cosmic Genesis" con otro auténtico cañonazo cantado de nuevo en sueco. "Naturens Galleri" es un tema muy cañero y al mismo tiempo, con una estructura que nos lleva increscendo, hasta uno de los mejores estribillos del álbum, en los que Vintersorg pone a prueba los límites de su voz.

El álbum se cierra de manera inmejorable con una de las canciones más emotiva y bonita que hayan escrito nunca. "The Enigmatic Spirit" es una delicada canción acústica que consigue llegar a tales niveles de emoción que lo único que quieres hacer cuando acaba, es volver a pinchar el álbum completo.

Desde aquí sólo puedo recomendarte encarecidamente que le des una oportunidad a este álbum. Si no lo haces, no podrás decir que nadie te lo aconsejó.

La formación que graba el álbum:

Vintersorg: Voz, Guitarra, Bajo, Teclados, Programación.
Mattias Marklund: Guitarra

Nota Final: 9,5/10

miércoles, 10 de junio de 2015

Kamelot - Siége Perilous (1998)

"Siége Perilous" es el tercer álbum de los norteamericanos Kamelot, y en él se van acercando cada vez más al Power Metal de corte europeo que les hizo famosos. Respecto al anterior disco, la banda sufre dos cambios importantes en la formación. El más notorio, es sin duda el de la entrada de Roy Khan como vocalista de la banda, cuya característica voz se convirtió rápidamente en uno de los sellos de la banda. El segundo, y no por ello menos importante, es el de la incorporación de Casey Grillo a la batería, ya que a la postre se ha convertido en el miembro más longevo junto a Thomas Youngblood.

Lo primero que llama la atención al pinchar este álbum, sobre todo si ya has escuchado alguno de los discos posteriores, es una producción que dista mucho de estar a la altura de los siguientes lanzamientos. Ésta corre a cargo de del propio Youngblood con la asistencia de Jim Morris, pero no es desde luego la producción deseada para un álbum de estas características. Es demasiado sucia, y creo que le falta algo de definición a los instrumentos.

Otro punto que juega en contra de este álbum, es la canción escogida para abrir la escucha. "Providence" es un tema algo indefinido, a medio tiempo y bastante repetitivo, y que tiene pocos momentos disfrutables a lo largo de su minutaje. Sin duda una elección mucho más acertada, hubiese sido abrir con el segundo corte, "Millennium". Un tema 100% power, con un riff potente y muy pegadizo, con el clásico contraste de Kamelot, de guitarras rápidas y voces lentas y envolventes. El tema mola, aunque creo que no tiene un gran recorrido.

Seguimos avanzando por el álbum, y llegamos a uno de los mejores temas, y que dejan una muestra de lo que sería Kamelot en el futuro. "King's Eyes" es un tema muy completo, con buenos riffs, bonitas melodías, y un nivel técnico destacable. "Expedition" es otra de las canciones que más me gustan del álbum. Es un tema con un aire bastante progresivo, y una estructura dinámica en la que prima el medio tiempo, y que va transportando al oyente entre diferentes ambientes y velocidades.

En "Where I Reign", volvemos a encontrar un medio tiempo, aunque mucho menos inspirado que el anterior. De nuevo, la colocación de las canciones en el álbum no ayuda, y provoca que los seis minutos del tema se hagan un poco largo. A partir de aquí, el álbum entra en una zona algo gris, con temas que dicen poca cosa, como "Parting Visions", la semi-balada "Rhydin", o "Irea".

De esta segunda parte del álbum, se puede salvar "Once a Dream", que siendo un tema sencillote, al menos es pegadizo y cañero, y que intenta para reactivar levemente el álbum. Finalmente, "Siege", es la canción instrumental que cierra brillantemente el álbum. Es un tema que me gusta mucho, con unas orquestaciones potentes, y al que por ponerle un pero, creo que se le podía haber sacado más jugo.

En resumen, es un álbum que sin ser de los mejores de su discografía, nos deja algunos temas para el recuerdo, y además puede servir a los fans más recientes de la banda, para descubrir los orígenes de Kamelot.

La formación que graba el álbum:

Roy S. Khan: Voces
Thomas Youngblood: Guitarra
Glenn Barry: Bajo
David Pavlicko: Teclados
Casey Grillo: Batería

Nota Final: 6,5/10

miércoles, 8 de abril de 2015

Enslaved - Frost (1994)

"Frost" es el segundo opus de los noruegos Enslaved, y sale tan solo 6 meses después que "Vikingligr Veldi", que ya vimos aquí en su día, sin duda un hecho poco usual. Sorprende no sólo el hecho de la rapidez a la hora de sacar el nuevo álbum, sino también el cambio a nivel musical.

Si en el álbum anterior predominaba un sonido más Black, en esta ocasión la banda comienza a mostrar algunas de las claves del sonido Enslaved durante los siguientes años. Una de las primeras diferencias, es que en "Frost", tenemos canciones más cortas y directas, y dejan un poco de lado la faceta atmosférica de los temas de "Vikingligr Veldi". Aún así, seguimos teniendo varias canciones por encima de los 7 minutos de duración,

En el aspecto compositivo, también se ve un paso adelante en cuanto a la innovación en las estructuras de los temas, y en esta ocasión son más enrevesadas y sorprendentes. La producción del álbum suena cruda y fría, como se merece un lanzamiento de estas características, aunque al mismo tiempo suena equilibrada, permitiendo que diferenciar todos los instrumentos a la perfección.

Las voces suenan más presentes en este álbum, aunque ese es un tema bastante variable a lo largo de la carrera de Enslaved, y considero que es un factor con el que juegan en función de cada disco. Los teclados son quizá, el único elemento que suena algo chocante en algunas partes del álbum, aunque están metidos con mucho acierto.

Por otra parte las guitarras suenan afiladas y descarnadas, y las baterías son rápidas y efectivas. Hablando de las baterías, este sería el último disco que grabaría Trym Torson, que abandonaría la banda para unirse a Emperor.

Tras una larga intro de casi tres minutos, llega "Loke", el primer cañonazo del álbum. Un tema muy cañero, con unas baterías a toda velocidad y que supone todo un "in your face". Hacia mitad del tema, hay un cambio de ritmo con unos riffs más lentos que se mantienen a lo largo del álbum. Destacar las voces de Grutle en este tema.

Hay otros dos temas que destacan por su dureza, y que son "Jotunblood" y "Wotan". La primera de ellas es la única que ha sobrevivido a lo largo de los años en los repertorios de Enslaved, con un malvado riff y en la que me gustan especialmente las baterías. "Wotan" es si cabe aún más cañera, de nuevo con unas baterías tocadas a la velocidad de luz. Una canción que rebosa tensión y que no da un sólo respiro hasta su parte final.

Por otro lado, tenemos otro grupo de temas algo más atmosféricos, más largos y más completos.

"Fenris" es uno de los temas que más fácil entran. Tras una pequeña intro, comienza el riff principal del tema que es directo y pegadizo, y que da paso a una furiosa parte en la que el bajo tiene sus momentos de protagonismo. Destacar también lo que molan los teclados que hay a partir del minuto cinco. Son de esos que comentamos que suenan algo extraños en las primeras escuchas, pero que realmente quedan de lujo.

"Svarte Vidder" es el tema más largo del álbum, y uno de los que mantienen el espíritu más Black del álbum anterior, con un rollo más atmosférico y menos retorcido.

"Yggdrasil" es una pieza con un rollo folk, cantada íntegramente con voces limpias, y en el que podemos apreciar el uso de un bajo sin trastes, cortesía del omnipresente productor de Black de los 90, Eirik "Pytten" Hundvin. El tema sirve como la calma antes de la tempestad que se avecina con "Jotunblod".

"Gylfaginning" posee un rollo muy personal, con un riff bastante peculiar y unos coros de voces limpias muy vikingas, y algunos contratiempos bastante destacables. Un tema que sin duda gana enteros con las escuchas sucesivas.

"Isoders Dronning" es otro tema que se va a casi ocho minutazos, y es el que tiene un aire más épico. Para ello se apoya en unas guitarras acústicas que están en un primer plano durante gran parte del tema.

Frost supuso un paso más adelante en la carrera de Enslaved. La prontitud en la edición de este álbum, contrasta con los casi tres años que hubo que esperar a su siguiente lanzamiento.

La formación que graba el álbum:

Grutle Kjellson: Voz, Bajo
Ivar Bjørnson: Guitarras, Teclados
Trym Torson: Batería

Nota Final: 8,5/10

martes, 7 de abril de 2015

Crematory - Illusions (1995)

He aquí uno de esos lanzamientos que me generan cierta controversia a la hora de escribir la crítica, ya que viéndolo desde un punto de vista objetivo, el álbum no es nada del otro mundo, pero en mi caso, es uno de los primeros álbumes del género que escuché, y en una época en la que el acceso a la música no era como ahora. Conclusión, lo he escuchado hasta la saciedad y en su día, era algo "único" en mi pequeña discografía.

Tras esta pequeña introducción, vamos al grano con este "Illusions". Se trata del tercer álbum de Crematory, y encaja perfectamente en el movimiento Gothic Metal europeo de mediados y finales de los 90, alejándose definitivamente de los registros más cercanos al Death de sus comienzos.

Estamos ante un álbum muy melódico, y que sirvió entre otras cosas para sentar las bases del estilo que desarrollaría la banda durante los siguientes años y hasta 2001, año en el que la banda anuncia una separación, que a posteriori sería de carácter temporal.

Entre los elementos más reconocibles de Crematory, podemos destacar las atmósferas creadas por los teclados de Katryn. La fórmula consiste en una sencilla melodía, en ocasiones más cercana al Pop que a otra cosa, que se adueña del protagonismo y se va repitiendo a lo largo de la canción.

Esta fórmula se explota en el álbum una y otra vez, en conjunto con las voces de Felix. En su mayoría, éstas son guturales, aunque hay bastantes secciones en las que experimenta con unas voces limpias, que por otro lado, no son demasiado brillantes. De hecho, en sucesivos lanzamientos no será él quien se encargue de esta faceta.

Entre las canciones del álbum, destaca sin lugar a duda "Tears of Time", un auténtico temazo y que desde ese momento se convirtió en su canción santo y seña. Es una de esas canciones que de cuando en cuando componen las bandas, y que dan en el clavo en todas las facetas, desde las melodías, las voces, los tempos, la atmósfera, etc. De hecho, en su álbum "Believe" grabaron una especie de canción secuela llamada "Time of Tears".

El segundo tema en mi lista de favoritos, sería "The Beginning of the End", con una estructura menos previsible, y en el que las guitarras tienen algo más protagonismo de lo habitual. Además, está redondeado por un estribillo más dinámico y pegadizo.

Del resto de canciones, que vienen un escalón por detrás, mencionaría "Lost In My Self" que posee un buen estribillo, "An Other", que al revés que la anterior, destaca más por el resto del tema y menos por su estribillo, y "Faces", la canción que abre el fuego tras la intro, y de la que me gusta especialmente el primer minuto y medio, que curiosamente funciona a modo de segunda intro en el álbum.

Con esto no quiero decir que el resto de canciones no molen. De hecho creo que es un álbum que se escucha de manera muy sencilla, a no ser que seas de los que te dan alergia los teclados pegajosos. Las guitarras en general se limitan a hacer progresiones de acordes bastante sencillos, salvo en algún riff aquí o allá, y la batería cumple con su papel sin grandes pretensiones.

La formación que graba el álbum:

Felix: Voces
Lotte: Guitarra
Harald: Bajo
Katrin: Teclados
Markus: Batería


Nota Final: 7/10


miércoles, 1 de abril de 2015

Megadeth - Rust in Peace (1990)

Creo poder decir sin equivocarme, que estamos ante el disco por antonomasia de los míticos Megadeth y mi favorito de su extensa discografía. Desde luego, habrá fans que se decanten por algún otro lanzamiento, pero estoy convencido que para todos los fans de la banda, este será uno de sus discos favoritos.

"Rust in Peace" cuenta con la mejor y más carismática formación que ha tenido nunca Megadeth, gracias a la entrada del genial Marty Friedman en el puesto de guitarrista, y de Nick Menza a las baquetas. El primero de ellos, ya había dejado muestras de su gran calidad en los dos discos que grabó junto a Jason Becker en Cacophony, y el segundo, tiene como anécdota,  que era el pipa que se encargaba de afinar la batería de Chuck Behler, su antecesor en el puesto.

En el álbum, encontramos la mezcla perfecta entre la inspiración de Dave Mustaine en la composición de los riffs del álbum, y la maestría y buen hacer de Marty Friedman para adornarlos convenientemente, y para tocar unos solos absolutamente matadores. La sección rítmica está también a la altura del álbum, con el gran trabajo del mencionado Nick Menza, y el siempre solvente Dave Ellefson en el bajo.

El disco abre con "Holy Wars... The Punishment Due", que es el tema más largo del álbum. Algo poco habitual encontrarlo en esta posición. Es una canción puro Megadeth, y que sienta las bases de lo que va a ser el álbum. Un tema muy variado, con multitud de partes y con unas líneas de voz muy bien trabajadas.

"Hangar 18" fue uno de los singles del álbum, y posiblemente el tema que les abrió un poco las puertas al gran público. Y es que, por ejemplo Metallica, siempre ha tenido más enganche con la gran masa, gracias quizá a unas melodías más sencillas de asimilar, y eso es lo que tiene también este álbum. "Hangar 18" se basa en un pegadizo riff de entrada y el apasionante duelo permanente entre las guitarras de Mustaine y Friedman.

"Take No Prisioners" es un furioso tema, mucho más thrasher, y en el que me gusta especialmente el trabajo de Nick Menza.

"Five Magics" es un tema algo más atípico y original, con una estructura más compleja y varias partes diferenciadas. Comienza con una sugerente intro que desemboca en un riff cojonudo y muy melódico, que contrasta a la perfección con un puente progresivo y un estribillo machacón. Sin duda un temazo.

"Poison Was Cure" es un tema que no llega a tres minutos, y que posee una entrada de casi un minuto que enlaza con el riff principal del tema, que es brutal y posee un aire sureño que te mete el buen rollo en el cuerpo.

"Lucretia" relaja un poco el tiempo del anterior, y es un tema con un riff de rollo algo progresivo, pero que entra con mucha facilidad, y que tiene un gran trabajo en las guitarras. 

"Tornado of Souls" es otro de los mejores momentos del álbum. Un tema muy inspirado, que se desarrolla con una dinámica brillante, y que tiene un solo absolutamente increíble del señor Friedman.

"Dawn Patrol" es un extraño tema de menos de dos minutos, en los que los únicos instrumentos que aparecen son el bajo y la batería, además de unas peculiares voces.

"Rust in Peace... Polaris" es el tema que cierra brillantemente el álbum, y posee todos los ingredientes anteriormente mencionados. Con un riff muy dinámico y variado, buen estribillo y un final totalmente diferente al resto del tema.

Entiendo que todo aquel que caiga por este blog habrá escuchado este álbum, pero si por algún casual se te ha despistado o simplemente no te mola Megadeth, te animo a que le des una oportunidad.

La formación que graba el álbum:

Dave Mustaine: Voz, Guitarra
Marty Friedman: Guitarra
David Ellefson: Bajo
Nick Menza: Batería


Nota Final: 9/10