miércoles, 8 de abril de 2015

Enslaved - Frost (1994)

"Frost" es el segundo opus de los noruegos Enslaved, y sale tan solo 6 meses después que "Vikingligr Veldi", que ya vimos aquí en su día, sin duda un hecho poco usual. Sorprende no sólo el hecho de la rapidez a la hora de sacar el nuevo álbum, sino también el cambio a nivel musical.

Si en el álbum anterior predominaba un sonido más Black, en esta ocasión la banda comienza a mostrar algunas de las claves del sonido Enslaved durante los siguientes años. Una de las primeras diferencias, es que en "Frost", tenemos canciones más cortas y directas, y dejan un poco de lado la faceta atmosférica de los temas de "Vikingligr Veldi". Aún así, seguimos teniendo varias canciones por encima de los 7 minutos de duración,

En el aspecto compositivo, también se ve un paso adelante en cuanto a la innovación en las estructuras de los temas, y en esta ocasión son más enrevesadas y sorprendentes. La producción del álbum suena cruda y fría, como se merece un lanzamiento de estas características, aunque al mismo tiempo suena equilibrada, permitiendo que diferenciar todos los instrumentos a la perfección.

Las voces suenan más presentes en este álbum, aunque ese es un tema bastante variable a lo largo de la carrera de Enslaved, y considero que es un factor con el que juegan en función de cada disco. Los teclados son quizá, el único elemento que suena algo chocante en algunas partes del álbum, aunque están metidos con mucho acierto.

Por otra parte las guitarras suenan afiladas y descarnadas, y las baterías son rápidas y efectivas. Hablando de las baterías, este sería el último disco que grabaría Trym Torson, que abandonaría la banda para unirse a Emperor.

Tras una larga intro de casi tres minutos, llega "Loke", el primer cañonazo del álbum. Un tema muy cañero, con unas baterías a toda velocidad y que supone todo un "in your face". Hacia mitad del tema, hay un cambio de ritmo con unos riffs más lentos que se mantienen a lo largo del álbum. Destacar las voces de Grutle en este tema.

Hay otros dos temas que destacan por su dureza, y que son "Jotunblood" y "Wotan". La primera de ellas es la única que ha sobrevivido a lo largo de los años en los repertorios de Enslaved, con un malvado riff y en la que me gustan especialmente las baterías. "Wotan" es si cabe aún más cañera, de nuevo con unas baterías tocadas a la velocidad de luz. Una canción que rebosa tensión y que no da un sólo respiro hasta su parte final.

Por otro lado, tenemos otro grupo de temas algo más atmosféricos, más largos y más completos.

"Fenris" es uno de los temas que más fácil entran. Tras una pequeña intro, comienza el riff principal del tema que es directo y pegadizo, y que da paso a una furiosa parte en la que el bajo tiene sus momentos de protagonismo. Destacar también lo que molan los teclados que hay a partir del minuto cinco. Son de esos que comentamos que suenan algo extraños en las primeras escuchas, pero que realmente quedan de lujo.

"Svarte Vidder" es el tema más largo del álbum, y uno de los que mantienen el espíritu más Black del álbum anterior, con un rollo más atmosférico y menos retorcido.

"Yggdrasil" es una pieza con un rollo folk, cantada íntegramente con voces limpias, y en el que podemos apreciar el uso de un bajo sin trastes, cortesía del omnipresente productor de Black de los 90, Eirik "Pytten" Hundvin. El tema sirve como la calma antes de la tempestad que se avecina con "Jotunblod".

"Gylfaginning" posee un rollo muy personal, con un riff bastante peculiar y unos coros de voces limpias muy vikingas, y algunos contratiempos bastante destacables. Un tema que sin duda gana enteros con las escuchas sucesivas.

"Isoders Dronning" es otro tema que se va a casi ocho minutazos, y es el que tiene un aire más épico. Para ello se apoya en unas guitarras acústicas que están en un primer plano durante gran parte del tema.

Frost supuso un paso más adelante en la carrera de Enslaved. La prontitud en la edición de este álbum, contrasta con los casi tres años que hubo que esperar a su siguiente lanzamiento.

La formación que graba el álbum:

Grutle Kjellson: Voz, Bajo
Ivar Bjørnson: Guitarras, Teclados
Trym Torson: Batería

Nota Final: 8,5/10

martes, 7 de abril de 2015

Crematory - Illusions (1995)

He aquí uno de esos lanzamientos que me generan cierta controversia a la hora de escribir la crítica, ya que viéndolo desde un punto de vista objetivo, el álbum no es nada del otro mundo, pero en mi caso, es uno de los primeros álbumes del género que escuché, y en una época en la que el acceso a la música no era como ahora. Conclusión, lo he escuchado hasta la saciedad y en su día, era algo "único" en mi pequeña discografía.

Tras esta pequeña introducción, vamos al grano con este "Illusions". Se trata del tercer álbum de Crematory, y encaja perfectamente en el movimiento Gothic Metal europeo de mediados y finales de los 90, alejándose definitivamente de los registros más cercanos al Death de sus comienzos.

Estamos ante un álbum muy melódico, y que sirvió entre otras cosas para sentar las bases del estilo que desarrollaría la banda durante los siguientes años y hasta 2001, año en el que la banda anuncia una separación, que a posteriori sería de carácter temporal.

Entre los elementos más reconocibles de Crematory, podemos destacar las atmósferas creadas por los teclados de Katryn. La fórmula consiste en una sencilla melodía, en ocasiones más cercana al Pop que a otra cosa, que se adueña del protagonismo y se va repitiendo a lo largo de la canción.

Esta fórmula se explota en el álbum una y otra vez, en conjunto con las voces de Felix. En su mayoría, éstas son guturales, aunque hay bastantes secciones en las que experimenta con unas voces limpias, que por otro lado, no son demasiado brillantes. De hecho, en sucesivos lanzamientos no será él quien se encargue de esta faceta.

Entre las canciones del álbum, destaca sin lugar a duda "Tears of Time", un auténtico temazo y que desde ese momento se convirtió en su canción santo y seña. Es una de esas canciones que de cuando en cuando componen las bandas, y que dan en el clavo en todas las facetas, desde las melodías, las voces, los tempos, la atmósfera, etc. De hecho, en su álbum "Believe" grabaron una especie de canción secuela llamada "Time of Tears".

El segundo tema en mi lista de favoritos, sería "The Beginning of the End", con una estructura menos previsible, y en el que las guitarras tienen algo más protagonismo de lo habitual. Además, está redondeado por un estribillo más dinámico y pegadizo.

Del resto de canciones, que vienen un escalón por detrás, mencionaría "Lost In My Self" que posee un buen estribillo, "An Other", que al revés que la anterior, destaca más por el resto del tema y menos por su estribillo, y "Faces", la canción que abre el fuego tras la intro, y de la que me gusta especialmente el primer minuto y medio, que curiosamente funciona a modo de segunda intro en el álbum.

Con esto no quiero decir que el resto de canciones no molen. De hecho creo que es un álbum que se escucha de manera muy sencilla, a no ser que seas de los que te dan alergia los teclados pegajosos. Las guitarras en general se limitan a hacer progresiones de acordes bastante sencillos, salvo en algún riff aquí o allá, y la batería cumple con su papel sin grandes pretensiones.

La formación que graba el álbum:

Felix: Voces
Lotte: Guitarra
Harald: Bajo
Katrin: Teclados
Markus: Batería


Nota Final: 7/10


miércoles, 1 de abril de 2015

Megadeth - Rust in Peace (1990)

Creo poder decir sin equivocarme, que estamos ante el disco por antonomasia de los míticos Megadeth y mi favorito de su extensa discografía. Desde luego, habrá fans que se decanten por algún otro lanzamiento, pero estoy convencido que para todos los fans de la banda, este será uno de sus discos favoritos.

"Rust in Peace" cuenta con la mejor y más carismática formación que ha tenido nunca Megadeth, gracias a la entrada del genial Marty Friedman en el puesto de guitarrista, y de Nick Menza a las baquetas. El primero de ellos, ya había dejado muestras de su gran calidad en los dos discos que grabó junto a Jason Becker en Cacophony, y el segundo, tiene como anécdota,  que era el pipa que se encargaba de afinar la batería de Chuck Behler, su antecesor en el puesto.

En el álbum, encontramos la mezcla perfecta entre la inspiración de Dave Mustaine en la composición de los riffs del álbum, y la maestría y buen hacer de Marty Friedman para adornarlos convenientemente, y para tocar unos solos absolutamente matadores. La sección rítmica está también a la altura del álbum, con el gran trabajo del mencionado Nick Menza, y el siempre solvente Dave Ellefson en el bajo.

El disco abre con "Holy Wars... The Punishment Due", que es el tema más largo del álbum. Algo poco habitual encontrarlo en esta posición. Es una canción puro Megadeth, y que sienta las bases de lo que va a ser el álbum. Un tema muy variado, con multitud de partes y con unas líneas de voz muy bien trabajadas.

"Hangar 18" fue uno de los singles del álbum, y posiblemente el tema que les abrió un poco las puertas al gran público. Y es que, por ejemplo Metallica, siempre ha tenido más enganche con la gran masa, gracias quizá a unas melodías más sencillas de asimilar, y eso es lo que tiene también este álbum. "Hangar 18" se basa en un pegadizo riff de entrada y el apasionante duelo permanente entre las guitarras de Mustaine y Friedman.

"Take No Prisioners" es un furioso tema, mucho más thrasher, y en el que me gusta especialmente el trabajo de Nick Menza.

"Five Magics" es un tema algo más atípico y original, con una estructura más compleja y varias partes diferenciadas. Comienza con una sugerente intro que desemboca en un riff cojonudo y muy melódico, que contrasta a la perfección con un puente progresivo y un estribillo machacón. Sin duda un temazo.

"Poison Was Cure" es un tema que no llega a tres minutos, y que posee una entrada de casi un minuto que enlaza con el riff principal del tema, que es brutal y posee un aire sureño que te mete el buen rollo en el cuerpo.

"Lucretia" relaja un poco el tiempo del anterior, y es un tema con un riff de rollo algo progresivo, pero que entra con mucha facilidad, y que tiene un gran trabajo en las guitarras. 

"Tornado of Souls" es otro de los mejores momentos del álbum. Un tema muy inspirado, que se desarrolla con una dinámica brillante, y que tiene un solo absolutamente increíble del señor Friedman.

"Dawn Patrol" es un extraño tema de menos de dos minutos, en los que los únicos instrumentos que aparecen son el bajo y la batería, además de unas peculiares voces.

"Rust in Peace... Polaris" es el tema que cierra brillantemente el álbum, y posee todos los ingredientes anteriormente mencionados. Con un riff muy dinámico y variado, buen estribillo y un final totalmente diferente al resto del tema.

Entiendo que todo aquel que caiga por este blog habrá escuchado este álbum, pero si por algún casual se te ha despistado o simplemente no te mola Megadeth, te animo a que le des una oportunidad.

La formación que graba el álbum:

Dave Mustaine: Voz, Guitarra
Marty Friedman: Guitarra
David Ellefson: Bajo
Nick Menza: Batería


Nota Final: 9/10