martes, 17 de octubre de 2017

Angra - Freedom Call (1996)

"Freedom Call" es un E.P. que salió tras el mítico "Holy Land" que ya comentamos aquí en su día. En esa época, las discográficas aún vivían sus momentos dorados, y se permitían sacar este tipo de lanzamientos para aprovechar el éxito obtenido por los grandes discos.

De hecho, como novedad en el contenido de este E.P. únicamente encontramos el tema que da nombre al lanzamiento. "Freedom Call" es una canción que perfectamente podía haber estado en "Holy Land" y que quizá fuese un descarte del mismo. El tema lleva el mismo rollo del álbum, y aunque no está al nivel de los mejores temas de dicho álbum, yo lo hubiese puesto en vez de el "Lullaby for Lucifer" sin ir más lejos.

El caso es que al no estar allí sirvió de excusa para grabarlo en un nuevo plástico, y acompañarlo por algunos temas más. "Freedom Call" es el clásico tema Power de Angra, con un buen desarrollo y un estribillo decente, pero al que le falta ese algo especial que tienen algunos temas para llegar a la excelencia. Todo raya a un buen nivel, sobre todo el solo de guitarra, pero los Angra de esa época eran capaces de cosas mejores.

Seguimos adentrándonos a través del álbum, y nos encontramos un par de temas regrabados de "Reaching Horizons", la primera demo que grabó la banda y que les abrió el camino del éxito. "Queen of the Night" es uno de los temas más progresivos de los comienzos de Angra, y quizá por eso se quedó como contenido para Bonus Track. A mí es un tema que me gusta mucho, aunque quizá le falle un pelín el estribillo, con unos teclados que consiguen sacarme un poco de mis casillas.

"Reaching Horizons" es de las mejores baladas escritas por Angra, un campo en el que desde mi punto de vista, nunca han destacado demasiado, salvo alguna honrosa excepción. Como suele ser habitual, André Matos hace un despliegue de agudos difícilmente igualable por la mayoría de los vocalistas del Heavy Metal.

"Stand Away" se nos presenta como una "orchestral version", pero la verdad es que me parece que es prácticamente clavada a la original del "Angel's Cry". La verdad es que no me he puesto una a continuación de la otra, pero si difieren en algo, debe ser en algún pequeño arreglo. En cualquier caso, un temazo.

Quizá la rareza de este álbum, es la inclusión de la versión del "Painkiller" de los Judas Priest que aprovecharon a grabar para el álbum tributo "A Tribute to Judas Priest: Legends of Metal". Musicalmente la canción es bastante clavada, y sorprende cómo es capaz de desgarrar la voz André Matos, y llegar con esa forma de cantar, a los agudos de Halford. Otra muestra de la calidad y versatilidad del bueno de Matos. Una pena que en su posterior carrera musical, no se haya asentado en alguna banda de renombre.

Y llegamos al final con una versión recortada del "Deep Blue", uno de los ejemplos de honrosas baladas que mencionábamos antes. El caso es que la versión recortada está bien, y al menos yo no echo de menos el minutaje restante.

Como conclusión, podemos decir que estamos ante un lanzamiento correcto y totalmente orientado a sacarle la pasta a los fans más acérrimos, y es que Rising Sun Records exprimió el contrato con Angra hasta el último suspiro con la edición del "Holy Live".

La formación que graba el álbum:

Andre Matos: Voces
Rafael Bittencourt: Guitarra
Kiko Loureiro: Guitarra
Luís Mariutti: Bajo
Ricardo Confessori: Batería

Nota Final: 7/10

martes, 10 de octubre de 2017

Edguy - Vain Glory Opera (1998)

Hoy vamos a comentar este álbum que sin duda sirvió para catapultar internacionalmente a los alemanes Edguy. Estamos en 1998, en plena efervescencia de la escena del Power Metal en Europa, y Edguy lanza al mercado este "Vain Glory Opera", menos de un año después del "Kingdom of Madness" que ya comentamos aquí en su día.

La primera diferencia que podemos apreciar respecto a su antecesor es la mejora ostensible del sonido del álbum, y no en vano Timo Tolkki se encargó de la mezcla, en una labor en la que no es tan conocido, pero que se desenvuelve con mucha soltura. Por otro lado, el omnipresente Mika Jussila se encarga de la masterización final en sus archiconocidos Finnvox Studios.

En el apartado de la formación, tenemos cambios con la salida del batería Dominik Storch, que ya había demostrado sus limitaciones en el álbum anterior, y para la ocasión es un desconocido Frank Lindenthal el encargado de grabar la batería. Su paso por la banda sería efímero, ya que ese mismo año ya ficharían a Felix Bohnke. Completaría la sección rítmica la incorporación del bajista Tobias Exxel, siendo pues este álbum el último en el que Tobias Sammet se encargaría de este instrumento, permitiéndole así centrarse en sus labores como frontman durante los directos.

A nivel musical "Vain Glory Opera" ofrece todo lo que un seguidor del Power Metal necesita. Los clásicos riffs con doble pedal repletos de melodías pegadizas, secciones orquestales grandilocuentes, y buenos solos de guitarra, e intercalando algunos parones para no agobiar al oyente. Todo esto, encorsetado estructuras de canciones lo más sencillas posibles, con la típica secuencia de estrofa - puente - estribillo - solo. Repitan algunas de estas secciones en el orden que ustedes quieran, y tendrán el 90% de los temas cubiertos.

Tras una intro, los dos primeros temas, "Until We Rise Again" y "How Many Miles" encajan a la perfección en el estereotipo anteriormente mencionado, lo que no quita que sean dos grandes canciones, con estribillos extremadamente pegadizos que se quedan a la primera y que al mismo tiempo no aburren.

Dentro de lo típico del álbum, no podía faltar la balada, en este álbum hay nada menos que dos, y quizá por ello, la primera quizá aparece demasiado pronto, en la tercera posición. No suelo ser muy amigo de las baladas, aunque hablando con algunos amigos, la opinión es que según el momento emocional en el que uno las escucha por primera vez, suben o bajan muchos puntos. En mi caso, la verdad es que "Scarlet Rose" no me llega a emocionar en ningún momento y pasa con más pena que gloria por el reproductor.

"Out of Control" relanza el álbum en forma de medio tiempo, aunque con los mismos ingredientes antes comentados. La parte central del tema es la mejor, gracias a un solo cortesía de Timo Tolkki, y a la participación de Hansi Kürsch a las voces, algo que también ocurre en el tema que da nombre al disco.

Con el rimbombante título de "Vain Glory Opera" tenemos una no menos rimbombante canción, con una melodía principal a modo de himno, tipo "Final Countdown", que al menos a mí me cansó en poco tiempo, y que a día de hoy, su escucha siempre me provoca una ligera sonrisa. El caso es que el resto de la canción no está mal, desde un riff muy "Helloweeniano", a un estribillo con cierto aire melancólico que queda realmente bien.

"Fairytale" es uno de los temas más rápidos del álbum, que no por ello de los mejores. Aunque sigue la estela de los dos primeros, ya empieza a sonar a "conocido", lo que le quita algo de magia. "Walk on Fighting" es un medio tiempo que mola bastante, con un riff en el que las guitarras nos recuerdan un poco al "Princess of the Dawn" de Accept, aunque el estribillo rápidamente vuelve a los cánones del Power.

"Tomorrow" es la segunda de las baladas del álbum, aunque en un rollo menos romántico, y más épico. "No More Fooling" es un tema que suena algo más duro que la media del álbum, aunque tampoco es que derroche inspiración, con algunos cambios que suenan algo forzados y un estribillo bastante soso.

Cerrando el álbum, podemos escuchar "Hymn", una versión de Ultravox. La adaptación queda bastante lograda, aunque me mola más, por ejemplo, la versión del "Dancing With Tears In My Eyes" de los mismos Ultravox, que hiceron Freedom Call en su día.

En conclusión, este disco queda como una buena continuación en la carrera de Edguy, aunque desde luego para la banda fue todo un hito en su carrera.

La formación que graba el álbum:

Tobias Sammet: Voces, Bajo, Teclados
Jens Ludwig: Guitarra
Dirk Sauer: Guitarra

Nota Final: 7,5/10


lunes, 9 de octubre de 2017

Therion - Lepaca Kliffoth (1995)

Este disco de los suecos Therion, supuso el paso intermedio entre el Death Metal de los primeros discos, y la inclusión de sonidos clásicos y operísticos del resto de su ya dilatada carrera.

Cuando hablamos del "Lepaca Kliffoth", estamos hablando del cuarto disco de la banda. En los dos primeros álbumes, Therion nos ofrece un Death Metal de la vieja escuela, aunque contemporáneos a su época. Eso sí, ya desde el segundo álbum, "Beyond Sanctorum" de 1992, podemos apreciar las primeras experimentaciones con las voces limpias y con algunos teclados.

Cuando aparece a la luz "Ho Drakon Ho Megas" en 1993, ya se aprecia claramente las miras del grupo en cuanto a la innovación dentro del Metal. Ese disco tiene unos cuantos guiños a la música de oriente medio, y es más melódico que los dos anteriores.

En "Lepaca Kliffoth", Therion ya se mete de lleno en terrenos mucho más melódicos, aunque sin perder la caña en ningún momento. La inclusión de sopranos, tenores, etc., fue una auténtica novedad en la época, como por ejemplo en el tema "Beauty in Black", que también fue el single del disco.

El álbum arranca con "The Wings of Hydra" uno de los temas más Death del álbum, con un riff realmente pesado y unos cambios de ritmo muy acertados. Este será el último álbum en el que las voces de Christofer Johnsson sean las protagonistas en los temas, ya que a partir del "Theli" su presencia será testimonial. El breve solo final mola mucho, y es un apartado en el que Christofer no suele prodigarse demsasiado.

"Melez" es un tema con bastantes cambios de ritmo, y diferentes secciones. Algunas siguen siendo muy pesadas, en el buen sentido de la palabra, aunque al mismo tiempo tiene partes muy melódicas, quedando un tema muy variado y resultón.

"Arrival Of The Darkest Queen" es una pequeño intro instrumental que sirve de enlace con la anteriormente mencionada "Beauty in Black". Esta es la primera incursión real del álbum en los territorios sinfónicos que dominarían los posteriores lanzamientos de Therion. Posee algunas de esas melodías preciosistas que tan bien sabe hilar Christofer Johnsson y que combinadas con las voces de tenores y sopranos son marca de la casa. De hecho, hay muchos grupos que a lo largo de los años han intentado sumarse a la fórmula Therion, pero diría que ninguno ha conseguido esa integración tan orgánica entre las orquestaciones y el Metal. Quizá Haggard es una banda que realiza un trabajo igualmente bueno, pero en un estilo más medieval y menos operístico.

"Riders of Theli" es otro de los momentos álgidos del álbum, y es que en esta ocasión, tras la calma viene la tormenta, y Therion nos regala probablemente el temazo del álbum, pleno de potencia y grandes melodías.

El resto de canciones siguen una línea similar, con bastante contrastes entre la dureza de las partes lentas, los cambios de ritmo hacia partes trepidantes repletas de emoción, y fusionadas a la perfección con las secciones más melódicas. Destacar en este punto temas como "Black", "Darkness Eve" y el homónimo "Lepaca Kliffoth", este último algo más basado en inquietantes atmósferas, a modo de ritual de invocación que tan bien saben hacer. Como de costumbre, las letras giran entorno a los conceptos mágicos de la orden del dragón.

Otro gran acierto del álbum, es la elección del mítico "Sorrows of the Moon" de Celtic Frost como versión. Sin duda un tributo a los maestros que inspiraron el nombre de la banda con su famoso "To Mega Therion" (La Gran Bestia). Como nota curiosa, mencionar que las voces femeninas corren a cargo de Claudia-Maria Morki, que participó como vocalista invitada en el mencionado "To Mega Therion" e "Into the Pandemonium" de Celtic Frost.

El final del álbum con "Evocation of Vovin" es inmejorable, y todo un reclamo para volver a ponerse el álbum desde el principio. A nivel de producción, el álbum cumple y todo suena en su sitio, aunque obviamente no está grabado con los medios de los posteriores discos de Therion.

Aunque su obra maestra llegaría con "Theli", y el éxito masivo con "Vovin", este "Lepaca Kliffoth", es un gran disco y da muestras de la originalidad de una banda en plena evolución.

La formación que graba el álbum:

Christofer Johnsson: Voces, Guitarra y Teclados
Fredrik Isaksson: Bajo
Piotr "Docent" Wawrzeniuk: Batería

Nota Final: 8,5/10

jueves, 5 de octubre de 2017

Accept - Accept (1979)

Primer disco de los teutones Accept, un disco con un regusto setentero que aún se muestra lejos de los Accept que enamorarían e inspirarían a toda una generación de bandas de Metal de diferentes estilos. La banda se reencarna en 1976 a partir de los cimientos de Band X cuyo origen se remonta nada menos que a 1968. Con la incorporación de Wolf Hoffmann y Peter Baltes, Accept comienza su andadura profesional, y este álbum homónimo es su carta de presentación.

El álbum consta de diez canciones, en las que aún hay muchas reminiscencias al sonido más Rock de los 70, pero al mismo tiempo hay un puñado de temas que ayudan a sentar las bases de lo que sería llamado Heavy Metal.

"Lady Lou" abre el fuego con un tema movidito, en el que escuchamos un riff que parece que bien podría haber servido de inspiración a Ozzy y su tropa en sus discos de los 80. La canción con lo justo llega a los tres minutos de duración, aunque deja un buen sabor de boca.

"Tired of Me" es sin duda de los mejores temas. Un gran riff adornado con unos buenos coros, que con los años Accept fueron perdiendo. Una pena. El sonido de las guitarras es un poco más Heavy, aunque dentro de una producción horrible, y es que parece que el productor no sabía ni de lejos cómo debía sonar una banda Heavy Metal. El final del tema con los coros de Peter Baltes es uno de los momentos álgidos del tema, de los de levantar el puño en alto.

No me reconozco diciendo que "Seawinds" es mi canción favorita del disco, pero así es en esta ocasión. Una preciosa balada cantada por el bueno de Baltes, y en la que ellos mismos se dieron cuenta de que la voz de Udo no encajaba mucho en esta suerte musical, ya que su capacidad de entonación tampoco es la mejor. De hecho, este álbum nos hacer añorar la poca presencia en las voces que ha tenido Peter Baltes en otros lanzamientos de la banda. Otra muestra de lo que es capaz de cantar este hombre, lo tenemos en "Sounds of War", un tema que también suena bastante Heavy, y en el que la pésima producción afea el tema desde el principio, por no mencionar unos cambios de volumen un tanto raros.

A lo largo del disco, los solos suenan siempre muy melódicos, al estilo de Wolf, aunque aún muestran a un joven guitarrista que mejoraría su técnica con el paso los años.

"Take Him In My Heart" se asienta sobre un riff de puro Rock 'n' Roll, aunque el estribillo suena un poco más Heavy. Las voces de Udo son para hacérselo mirar, y destacan los agudos a lo loco que va soltando durante algunas fases de la canción. Sin duda despertarán la sonrisa a más de uno. "Free Me Now" es un tema rápido con un riff en el que destaca un sonido de bajo con muchos medios, que dejan a las guitarras en un segundo plano.

"Glad To Be Alone" es una power ballad que se enrabieta hacia el final, y nos deja un tema bastante chulo, y el uso de una de las estructuras que se harían típicas en el Metal. En "That's Rock 'n' Roll" encontramos ni más ni menos que lo que dice el título. Es un tema bastante ramplón excepto la parte del solo que sí que mola bastante.

Vamos llegando al final con la algo sosa "Helldriver" y la desesperante "Street Fighter". Desesperante por ese sonido de cencerro a modo de claqueta que dura toda la canción y que consigue sacarme de mis casillas, y que me jode aún más porque el tema mola un montón. Es la guinda final a una producción horrible. Por cierto que no hemos comentado la portada, que es cutre como ella sola, pero a mí personalmente me mola bastante.

En resumen estamos ante un álbum desigual, con indudables aciertos, pero también con sus sombras. Se percibe a una banda que aún no tenía claro el camino que iba a seguir. Un álbum que desde luego ha tenido más repercusión gracias a la gente que quiere profundizar en los orígenes de Accept. Si este disco lo hubiese sacado cualquier banda desconocida, seguro que no podríamos estar hoy comentándolo.

La formación que graba el álbum:

Udo Dirkschneider: Voces
Wolf Hoffmann : Guitarra
Jörg Fischer: Guitarra
Peter Baltes: Bajo, Voces
Frank Friedrich: Batería

Nota Final: 6,5/10

martes, 3 de octubre de 2017

Children of Bodom - Follow the Reaper (2000)

"Follow the Reaper" cierra la trilogía mágica con la que los fineses Chidren of Bodom encandilaron a la gran mayoría del público metalero del mundo, gracias a esa fusión de estilos entre el Death Melódico, el Heavy Metal y las melodías neo-clásicas. Sin duda, el protagonismo de las melodías, es lo que consiguió que muchos de los Heavies de la época, abriesen un tanto sus miras, y soportaran las voces agresivas, un elemento que suele tirar para atrás a la mayoría de los potenciales oyentes de la música extrema.

En este tercer lanzamiento no ofrecen nada que no hubiésemos podido escuchar en su anterior "Hatebreeder" que ya comentamos aquí en su día. Seguimos teniendo un buen puñado de temas en los que se alterna la melodía y la caña a partes iguales. La base de las composiciones de Children of Bodom es prácticamente la misma, y la gran virtud que tienen es que casi todas ellas tienen una melodía característica que los hace totalmente reconocibles del resto. En algunas canciones está en el comienzo, en otras en el estribillo, pero la fórmula es la misma.

De hecho, destacaría una cosa más del rollo de Children of Bodom, y es un cierto aire Punk que tienen en algunos momentos, que entiendo que es una cosa de actitud, y se deja sentir en algunos giros vocales de Alexi Laiho, e incluso en algún pequeño momento de algunos solos.

Desafortunadamente, la fórmula se iba a agotar antes o después, y si bien el siguiente álbum "Hate Crew Deathroll" sigue siendo muy destacable, no llega a alcanzar el nivel de este ni de los anteriores.

Otro de los elementos reconocibles de la banda son los duelos entre la guitarra de Alexi Laiho y el teclado de Janne Wirman, que no faltan en ninguna de las canciones del álbum. La base rítmica de los temas vuelve a ser muy compacta y aporta la contundencia necesaria a las canciones.

El artwork basado en un color principal es otro de los elementos que caracterizó a la banda en sus comienzos, demostrando que aportar elementos sencillos que te diferencien del resto, funcionan como un buen catalizador para el éxito de una banda. En esta ocasión, tras haber utilizado el rojo y el verde, era turno del azul con el sempiterno Reaper dominando la portada.

La principal novedad dentro de este "Follow the Reaper" es la inclusión por primera vez en la historia de la banda de un medio tiempo, "Every Time I Die", para el que además se hizo un vídeo. Personalmente me parece uno de los temas menos afortunados del álbum, el típico que tras varias escuchas del álbum, acabas por pasarlo sin escucharlo.

Dentro de las canciones, las más destacadas son: "Follow the Reaper", "Bodom after Midnight" (el himno de este disco), "Children of Decadence", "Hate Me!", que fue el single del álbum y "Kissing the Shadows" que cierra el álbum de manera muy notable.

El resto de los temas no llegan a estar al nivel de los anteriores, aunque tampoco son canciones de relleno. El álbum vuelve a ser corto para los estándares de la época, ya que apenas supera los 38 minutos.

En una de las ediciones aparece como bonus track un temazo como el "Hellion" de W.A.S.P. La versión está bien, un poco más rápido que el original y sin cambiar mucha cosa. Bien hecho por parte de la banda, porque meterle mano a un tema tan emblemático sin cargárselo no es nada fácil. Supongo que el apodo artístico de "Wildchild" de Laiho, tiene que ver algo con esto...

La formación que graba el álbum:

Alexi Laiho: Voces, Guitarra
Alexander Kuoppala: Guitarra
Henkka T. Blacksmith: Bajo
Janne Warman: Teclados
Jaska Raatikainen: Batería

Nota Final: 8/10