lunes, 16 de septiembre de 2013

Rhapsody - Dawn of Victory (2000)

Tercer álbum de los italianos Rhapsody, y tercer álbum que trata sobre la historia del mundo de Algalord. Tras los dos primeros álbumes, la banda había alcanzado un buen reconocimiento a nivel internacional, aunque al mismo tiempo, se habían ganado la fama de tener un directo bastante malo. Mi única experiencia viéndoles en directo, desde luego no fue muy satisfactoria, ni por sonido, ni por ejecución en los temas.

Ellos justificaban, y no sin razón, que era muy complicado trasladar al escenario todas las orquestaciones que meten en los discos, y se supone que este "Dawn of Victory" lo compusieron teniendo en mente las experiencias sufridas durante las giras.

De esta manera, "Dawn of Victory" se supone que es un álbum algo más directo en las composiciones, y menos recargado a nivel orquestal, aunque desde luego, la marca de la casa sigue muy patente a lo largo del álbum. Creo que este es el último álbum de Rhapsody que he escuchado con atención, ya que es un estilo que terminó por saturarme.

Volvemos a tener ese Power Metal aderezado con multitud de orquestaciones y toques clásicos, barrocos y medievales, tanto en las melodías de teclado como en las de guitarra. Y lo que al principio sonaba como una novedad, y algo fresco, con el paso de los álbumes se fue convirtiendo en algo un tanto pesado y repetitivo.

Con esto no quiero decir que "Dawn of Victory" sea un mal álbum. Sin llegar al nivel de sus predecesores, nos deja unos cuantos temas de buen nivel.

El tema homónimo que abre el álbum, es un corte puro Power Metal, con un doble bombo imposible, y un estribillo bastante épico. Comentar en este punto, que no está claro quién se encuentra tras las baquetas en este álbum. En teoría se trata de alguien con el sobrenombre de "Thunderforce", cuyas obligaciones contractuales impedían aparecer en los créditos del álbum. Como os podéis imaginar, hay teorías para todos los gustos, incluso de la posibilidad de que las baterías estuvieran programadas, algo que siempre han negado desde la banda. El caso es que en los créditos del álbum, aparece el nombre de Alex Holzwarth, que por entonces era únicamente batería en las giras.

"Triumph for my Magic Steel" es otro buen tema, algo más relajado en cuanto a la velocidad del mismo, y que cuenta con una parte central bastante buena. Como siempre, los solos a lo largo del álbum se van alternando y doblando entre la guitarra y el teclado. Ambos músicos dan muestras de gran velocidad, aunque la vez que les vi en directo, he de decir que los solos de Alex Staropoli no estuvieron a la altura de lo escuchado en los álbumes.

Siguiendo la tónica de los discos anteriores, la canción cuatro es algo diferente al resto, aunque por suerte en esta ocasión no se parece al "Forest of Unicorns". Es un tema que tiene un ritmo puramente medieval, de esos de bailar alrededor de la hoguera, que no me gusta demasiado, y tampoco me parece muy original.

"Dargor, Shadowlord of the Black Mountain", es otro tema que no me dice gran cosa, aunque tiene uno de los solos que más me gustan del álbum. "The Bloody Rage of the Titans", (menudos titulitos que se marcan los amigos, como para recordarlos), es un tema que se mueve más a medio tiempo con un buen estribillo, y que da paso a "Holy Thunderforce", el otro tema ultrarrápido del álbum, y que sigue una línea muy similar a "Dawn of Victory". Baterías a toda velocidad, coros épicos, un buen estribillo, solos muy melódicos y que además sirvió como single del álbum.

De ahí al final, nada nuevo bajo el sol, aunque quizá pueda reseñar el último tema. "The Mighty Ride of the Firelord", igual que los dos primeros álbumes, es el tema más largo del disco con más de 9 minutos, y que me reafirma en mi teoría de que Rhapsody no son muy buenos escribiendo canciones largas. Como siempre, esto será algo discutible, pero ninguna de sus tres canciones largas hasta ese momento me han gustado demasiado. No digo que no tengan algunas partes buenas, pero en conjunto no me parecen canciones demasiado atractivas.

Resumiendo, que siendo un disco más que decente, no nos muestra nada nuevo que no hayamos escuchado en los anteriores lanzamientos, y a mí en su momento me dejó algo frío, pues esperaba algo más de esta banda.

La formación que graba el álbum:

Fabio Lione: Voces
Luca Turilli: Guitarra
Alex Staropoli: Teclados
Alessandro Lotta: Bajo

Nota Final: 7/10

martes, 10 de septiembre de 2013

Edge of Sanity - Crimson (1996)

Hoy me voy a animar a comentar este disco, aunque no es tarea fácil, pues el disco tiene únicamente un tema que dura 40 minutos exactamente. Creo que no voy a poder estar a la altura para comentar un álbum de este calibre, pero no quiero dejar pasar la oportunidad de hablar sobre él, y aportar mi granito de arena para darlo a conocer, si cabe, un poco más.

La pregunta es: ¿Qué podemos encontrar en este álbum/tema llamado "Crimson"? Pues una riqueza musical increíble que se ve reflejada en multitud de partes y estilos diferentes fusionados a la perfección. Tras la evolución mostrada por Edge of Sanity en cada uno de sus lanzamientos, y siendo uno de los puntales del Death europeo, en 1996 sorprenden a todo el mundo con la edición de "Crimson".

Lo cierto es que hacer un disco de este tipo es una apuesta arriesgada, y desde luego no te van a pinchar tu canción en ninguna emisora, pero no es menos cierto que este álbum se ha ganado el título de legendario por méritos propios. A nivel global, podríamos decir que "Crimson" es un álbum de Death Metal, aunque añadiendo las etiquetas de melódico y progresivo. A estas alturas, Dan Swanö ya había cogido un gran protagonismo en la banda, y a parte de las voces y teclados, también se encarga de las guitarras.

A lo largo del álbum, encontramos desde partes cañeras, con riffs Death Old School y voces agresivas, a pasajes en limpio, con voces claras y envolventes. Todo se va alternando con partes en una onda más Heavy, algunos punteos, y partes realmente emocionantes. No puedo ni quiero detallar todas las partes que tiene pues sería una locura, y creo que cada persona en función de sus gustos musicales, encontrará qué partes de la canción son sus favoritas.

Uno de los méritos de "Crimson", es que en ningún momento se pierde el hilo de la canción, y sabes que estás metido todo el rato en la misma historia. Esto lo consiguen repitiendo algunas partes en momentos puntuales, y como no podía ser de otra manera, el riff del inicio y del final es el mismo. La historia del álbum, trata sobre un mundo futuro en el que la humanidad no puede procrear, hasta que los Reyes traen una hija al mundo, y todo el mundo lo ve con esperanza. A partir de la muerte del Rey, se desarrolla una trama de traiciones, ambiciones y guerra.

Tras la grabación de su obra maestra, que es este "Crimson", comenzaron las desavenencias en el seno de la banda, principalmente entre Dan Swanö y Andreas Axelsson, que acabaron provocando la salida del propio Dan. La banda intentó seguir sin él, pero la cosa no cuajó y terminaron por separarse. En 2003, Dan Swäno, retomó el nombre de la banda para editar "Crimson II", en el que se encarga de grabar absolutamente todo, tras lo cual disolvió la banda de nuevo.

Pese a la cantidad de veces que he podido escuchar este álbum, no me canso nunca de escucharlo, y de reparar en algún que otro detalle en el que no me había fijado anteriormente, o de enamorarme de las diferentes partes que posee. En fin, un disco que se lleva la matrícula de honor.

La formación que graba el álbum:

Dan Swanö: Voces, Guitarra, Teclados
Andreas Axelsson: Guitarra
Sami Nerberg: Guitarra
Anders Lindberg: Bajo
Benny Larsson: Batería

Nota Final: 10/10


viernes, 6 de septiembre de 2013

Agathodaimon - Blacken the Angel (1998)

Estamos a finales de los años 90, y el Black Metal melódico está en pleno auge, gracias a la popularidad alcanzada tanto por Cradle of Filth y Dimmu Borgir. Los comienzos de Agathodaimon se remontan a 1995, cuando se funda la banda. Tras la grabación de algunas Demos consiguen despertar la atención de Nuclear Blast, y es con esta compañía con la que grabarán su primer larga duración, este "Blacken the Angel".

Desde luego la situación pasada por la banda ante esa grabación es cuando menos curiosa. El vocalista de Agathodaimon en aquel entonces, era de origen rumano y responde al "original" nombre artístico de Vlad Dracul. Tras residir en Alemania de manera ilegal, poco antes de comenzar la grabación de "Blacken the Angel", el susodicho Vlad realiza un viaje a su Rumanía natal, con tan mala fortuna que cuando intenta regresar a Alemania, las autoridades le prohíben la entrada en el país, y la banda tiene que buscar con urgencia alguien para cantar en el álbum.

Así pues, la banda contrata a Frank Nordmann, alias "Akaias", que finalmente se quedaría en la banda durante varios años. He de decir, que desde mi punto de vista, el trabajo de Akaias es realmente correcto, y a parte de meter las voces del álbum, tiene que cantar tres de los temas en rumano.

"Blacken the Angel" comienza con mucha fuerza, gracias a los tres primeros temas, que pueden ser los mejores del álbum. Las similitudes con Cradle of Filth y Dimmu Borgir son evidentes, y se ven reflejadas en diferentes pasajes de las canciones, aunque el Black practicado por Agathodaimon es quizá algo más atmosférico. De los primeros recogen los toques góticos en algunas melodías de guitarra, y de los segundos el aire más sinfónico de los temas. Estas similitudes se pueden apreciar muy fácilmente en la canción más larga del álbum, "Near Dark". Un gran tema de 15 minutos, muy épico, y en el que a parte de la multitud de partes que ofrece, podemos escuchar también algunas voces femeninas.

"Tristetea Vehementa" y "Banner of Blasphemy", abren el disco de manera inmejorable, y nos ofrecen un Black melódico con unas atmósferas bastante tenebrosas, y en los que podemos escuchar una gran variedad de momentos musicales, con partes más agresivas, otras más heavies, otras atmosféricas, y con diferentes cambios de ritmo.

A partir de la pista cuatro, la cosa decae poco a poco. "Ill of an Imaginary Guilt", ofrece un riff más thrasher, como a medio tiempo, y "Die Nacht des Unwesens", es un tema algo aburrido. El álbum tiene un interludio llamado "Contemplation Song", que me parece que no está compuesto por la banda. De los últimos temas, rescataría "Stingher / Alone".

La cosa es que el álbum, escuchándolo entero se hace un poco aburrido. Si fuese un E.P. con las tres primeras canciones, sería un auténtico discazo. Al menos cuatro de las canciones del álbum, entre ellas las tres mejores ya estaban compuestas de tiempo atrás, aunque sufrieron algunas modificaciones para este álbum.

La formación que graba el disco:

Akaias: Voces
Hyperion: Guitarras
Sathonys: Guitarras
Marko T.: Bajo
Vampallens: Teclados
Matthias R.: Batería

Nota Final: 6,5/10

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Anathema - Eternity (1996)

Los británicos Anathema comenzaron su andadura allá por el año 90, y rápidamente se convirtieron en abanderados del Doom Metal moderno junto a otras bandas de las islas como My Dying Bride o Paradise Lost. Tras los primeros álbumes, pronto se mostrarán como una banda predispuesta a la evolución y experimentación, y este "Eternity" es quizá el primer álbum en el que comienzan a abandonar el Doom, y tienden a un estilo algo más suave, y con ritmos menos pesados.

Estamos de nuevo ante un disco muy atmosférico, igual que su predecesor, y a lo largo del álbum encontramos multitud de pasajes ambientales, con voces muy suaves. Y es que en el aspecto vocal, Anathema prácticamente abandona las voces agresivas, salvo en algunos momentos en los que Vincent Cavanagh nos muestra su rabia al cantar. Vincent tiene una voz bastante peculiar, y sin poseer un registro destacable, es capaz de cantar de una manera muy emocional, y transmitir perfectamente los sentimientos adecuados en cada parte.

Como decíamos, en este álbum ya no hay apenas nada del Doom que les lanzó a la fama, pero sigue siendo un disco muy melancólico y triste, y eso es algo que yo personalmente apreciaba mucho en la música de Anathema. Cuando me pongo un disco de Anathema, me gusta percibir esos sentimientos de desesperación, rabia y melancolía. Algo que sin continuar por la senda del Doom, consiguieron mantener hasta los últimos discos, en los que ese sentimiento se ha perdido definitivamente.

"Eternity" es un álbum muy compacto, y requiere de escucharse de principio a fin. Creo que es un álbum, en el que el orden de las canciones es muy importante, y hay algunas canciones que si se escuchan al margen del resto, pueden quedar algo sosas.

Desde este punto de vista pues, cuesta destacar algunas canciones sobre otras, ya que todas pertenecen a un todo, pero sí que me apetece comentar unos cuantos momentos estelares del álbum.

Lo primero que vamos a destacar son las canciones que sirven de intro y de outro del álbum, que nos transmiten sensaciones totalmente opuestas. "Sentient", es una intro increíble, que te atrapa desde las primeras notas, y está repleta de una melancolía brutal. En cambio, "Ascension" finaliza el álbum con una fuerza inesperada, con una melodía muy épica, de esas que no quieres que se acaben nunca, que rematan con un lento pasaje de piano.

La trilogía de partes que componen el tema "Eternity", es muy bueno también. Como nota curiosa reparamos en que la tercera parte, se encuentra separada de las dos primeras. Por último quiero destacar "Hope", que realmente no es un tema suyo, sino que es una versión de Roy Harper, pero que hacen totalmente suya, y se integra a la perfección en el concepto del álbum.

Con esto no quiero decir que el resto del disco baje el nivel, ni mucho menos. Seguramente cada uno destacaría diferentes momentos del mismo. Sin duda un paso adelante en la carrera de Anathema, que serviría de puente a los dos siguientes, que junto a éste, forman el trío de mis álbumes favoritos de la banda.

La formación que graba el álbum:

Vincent Cavanagh: Voces, Guitarra
Danny Cavanagh: Guitarras, Teclados
Duncan Patterson: Bajo
John Douglas: Batería

Nota Final: 8,5/10

lunes, 2 de septiembre de 2013

Opeth - Ghost Reveries (2005)

Cuando hablamos de "Ghost Reveries", estamos hablando del último gran disco de Opeth, y posiblemente de la culminación del estilo que iniciaron con "Orchid" allá en 1995. Aunque hay gente que ve un cambio de rumbo tras la edición de "My Arms Your Hearse", para mí la evolución de la banda fue muy natural hasta llegar aquí.

Podríamos decir que Opeth, dio con la tecla de éxito en la grabación de "Blackwater Park", y la fórmula de dicho álbum fue reutilizada en "Deliverance", con una vertiente más dura, y en este "Ghost Reveries", en una vertiente más progresiva.

Este es el primer álbum en el que Opeth incluye un teclista en su formación (Per Wiberg), y aunque en discos anteriores ya habían utilizado teclados y piano en algunas canciones, en esta ocasión los teclados y sintetizadores abundan más en la música. Lo cierto es que están metidos con mucho criterio, y en ningún momento sientes que sean unos "intrusos" en la música de Opeth.

Siguiendo con los cambios de formación, este es el último que grabaron el batería Martin López y el guitarrista Peter Lindgren. Ya durante la gira de "Deliverance", Martín López había sido sustituido por Martin Axenrot, creo que debido a problemas de ansiedad de López. Finalmente, el propio Axenrot, que ya era compañero de correrías de Mikael Åkerfeldt en Bloodbath, se quedaría como batería en la banda. Lo cierto es que no ganaron con este cambio. La salida de Peter Lindgren se produciría de manera voluntaria en 2007.

Entramos de lleno en el álbum con "Ghost of Perdition". Es la canción que abre el álbum, y la primera por encima de los 10 minutos. Y es que nada menos que cuatro de los temas, están por encima de esa cifra. La canción entra muy bien desde las primeras escuchas, y si hay que ponerle un pero, sería que quizá tiene demasiadas partes diferentes, pero en todo caso coherentes entre sí.

"The Baying of the Hounds" es una de las mejores canciones del álbum, agresiva, con ciertos toques rockeros y una parte central acústica muy buena. Casi sin pausa, continúa la chicha con "Beneath the Mire", otro tema bastante cañero y progresivo, con un final brutal.

"Atonement", introduce el primer parón en el disco, y es una canción bastante atípica. Se trata de un tema con un espíritu setentero, hipnótica, y con unas voces muy envolventes. El pack "Reverie / Harlequin Forest", es quizá la canción más completa del disco. Tras la pequeña intro que imagino corresponde con "Reverie", comienza un temazo al más puro estilo Opeth, que va in crescendo para finalizar con un ritmo apoteósico, en la línea del final de "Deliverance". Sin duda, merece la pena escucharla bien, aunque es inevitable que surjan comparaciones con el propio tema de "Deliverance".

"Hours of Wealth", es una canción acústica, lentita y muy emotiva, que da paso a "The Grand Conjuration". Esta canción, en su versión corta, fue el single del disco. Es una canción muy cañera, con un ritmo bastante pegadizo, pero que en el conjunto del álbum, es quizá la más floja de todas.

"Isolation Years" es de nuevo una canción acústica de algo menos de cuatro minutillos, que cierra el disco con un sobresaliente, y te deja con las ganas de volver a poner la pista número uno.

A partir de este álbum, Opeth ya no ha vuelto a ser lo mismo, y a tenor de lo escuchado en "Heritage", ya no lo volverá a ser. La banda ha dejado atrás ese Death progresivo que les hizo famosos, y ha evolucionado su sonido hacia el Rock. No creo que una vuelta atrás ya sea factible, así que habrá que conformarse con lo que Opeth ofrece a día de hoy.

La formación que graba el disco:

Mikael Åkerfeldt: Voces, Guitarra, Mellotron
Peter Lindgren: Guitarras
Martín Méndez: Bajo
Per Wiberg: Teclados
Martín Lopez: Baterías

Nota Final: 9/10