Tal y como vimos aquí en la crítica del "As the Flower Withers", en los comienzos de la trayectoria de la banda, aún se percibían muchas influencias de las corrientes Death de finales de los 80 y principios de los 90. Con "Turn Loose the Swans" estas influencias son dejadas de lado, y la banda comienza a ahondar en una música mucho más densa y atmosférica, explorando nuevos sonidos e incorporando un violín, como una de las señas de identidad de la banda en estos años.
Esta evolución es llevada un paso más lejos en este "The Angel...", con una producción mejorada y con la inclusión de algunos samplers que enriquecen las atmósferas de las canciones. En el apartado vocal, mencionar que desaparecen totalmente las voces agresivas, quedando únicamente voces limpias.
La canción que abre el álbum, "The Cry of Mankind" es su clásico más conocido, e imprescindible en todos los directos de la banda. La característica más reconocible es la melodía dominante en toda la canción. Desde la apertura del tema, hasta el último segundo, durante los doce minutos de la canción, se mantiene a modo de obstinatto. Para los conciertos hay una versión reducida del tema, ya que los últimos cinco minutos son un ejercicio atmosférico no apto para los directos.
Una pequeña entrada del bajo de Ade, da paso a las melancólicas notas de violín ejecutado por Martin Powell, miembro destacado de la escena extrema inglesa con su participación en otras bandas como Anathema o Cradle of Filth. Sin duda uno de los aciertos de la banda fue la incorporación de este instrumento en sus composiciones ya que es capaz de aportar unas sensaciones únicas a los temas. En "From Darkest Skies" es el violín el que se apodera de la melodía principal. Buen cambio hacia la mitad del tema hacia un parte más dura y siniestra que se mantiene hasta el final, en contraste con la melódica parte inicial.
"Black Voyage" es una de mis favoritas del álbum. Comienza el tema con una melodía de violín que contrasta a la perfección con los parones y los armónicos marca de la casa. Lo que podemos entender como el estribillo de la canción es de lo mejor de este álbum. Primero mostrado con las guitarras y la acaraciadora voz de Aaron, y complementado después con la preciosa melodía del violín. De ahí, pasamos de nuevo a otra parte totalmente distinta, con una atmósfera depresiva y ominosa, que se alarga hasta un final dominado de nuevo por la parte que he llamado estribillo.
"A Sea to Suffer In" suena algo más complejo, aunque a la vez con más dinamismo que los anteriores. Posee una estructura basada en varias partes que van transcurriendo con fluidez. Es el tema más corto del álbum, quedándose en "tan solo" seis minutos y medio. "Two Winters Only" es una canción muy tranquila y lenta, en la que predominan los pasajes de guitarra acústica, y que aporta unas melodías vocales muy bonitas y melancólicas como suele ser habitual en Aaron. Sin duda otro de los puntos álgidos del álbum.
Rizando el rizo podríamos comentar, que la parte más floja de este álbum son las baterías. Los ritmos se hacen algo repetitivos, y se abusa de los redobles de caja en los fills.
El álbum finaliza con "Your Shameful Heaven", el tema más variado en cuanto a los tempos, ya que alterna las partes lentas con los pasajes más cañeros de todo el disco, y que ayudan a cerrarlo con mucha fuerza.
Estamos sin duda en el primero punto de inflexión en la carrera de My Dying Bride, y la culminación de la evolución llevada desde el primer álbum.
La formación que graba el álbum:
Aaron Stainthorpe: Voces
Andrew Craighan: Guitarra
Calvin Robertshaw: Guitarra
Adrian "Ade" Jackson: Bajo
Martin Powell: Violin, Teclados
Rick Miah: Batería
Nota Final: 9/10